Después de haberse visto fuera del DTM esta temporada, la carrera deportiva de Miguel Molina cambia de rumbo y se dirige a los GTs. A sus 28 años, y tras tres victorias en el máximo certamen de turismos del mundo, el de Lloret de Mar realizó con Ferrari un test para optar al asiento de Gianmaria Bruni en el WEC.
Tras ser Alessandro Pier Guidi el elegido, la Scuderia ha decidido que sea uno de los encargados de llevar el nuevo Ferrari 488 GT3 del equipo SMP, que vuelve a las Blancpain tras tres años. El piloto español compartirá coche con el piloto de la marca en el mundial de resistencia, Davide Rigon, y con Viktor Shaytar, campeón del WEC en la categoría GTE Am.
Molina participó entre 2010 y 2016 en el DTM, logrando un total de tres victorias y siete podios, junto con seis poles. En todo momento participó con el equipo Audi, del que ahora rompe relaciones para irse con Ferrari.
“Estuvimos probando esta semana en Paul Ricard y todo fue muy bien. Estoy contento de poder ayudar al equipo en esta categoría nueva para mí. Estoy muy contento, todo ha sucedido muy rápido. El objetivo es acabar en las posiciones de cabeza siempre que se pueda. Tenemos un buen equipo y podemos lograrlo. Espero poder adaptarme rápido a este nuevo formato para mí.”
“El GT es muy diferente al coche del DTM. El año pasado hice dos carreras con un Audi R8 pero el Ferrari es un coche mucho más neutro y fácil de conducir. Me costará bastante trabajo adaptarme para la primera carrera y tener ritmo, pero estos dos días en Paul Ricard me han ayudado mucho.”