El efecto sepia

La historia de Porsche con Richard Raimist

12/08/2025 | Scratch Media | Leído: 285

Hace más de cincuenta años, Richard Raimist compró un 911 T Targa de color marrón Sepia. Aquel fue el comienzo de un viaje lleno de acontecimientos inesperados.

 

Al abrir la puerta del garaje de Richard Raimist en Jupiter, un pueblo situado al sur de Florida, se accede a otro mundo. De un solo vistazo se aprecia toda la pasión de este entusiasta de Porsche, forjada a lo largo de más de medio siglo de recuerdos. Una mesa de trabajo con el escudo Porsche sorprende al visitante, como también lo hace una vitrina repleta de cascos de carreras, trofeos y maquetas de coches. Junto a este mobiliario figuran siete deportivos de la marca, pulidos y en perfecto estado. Tres destacan especialmente porque, aunque hay más de 50 años de diferencia entre ellos, tienen algo en común: el color marrón Sepia.

 

Décadas de fidelidad a la marca

 

El estadounidense, de 72 años, celebra en este refugio sus décadas de vinculación con la firma de Zuffenhausen, una trayectoria que le ha llevado a los circuitos más legendarios de su país natal. Raimist creció en Los Ángeles en la década de 1960. Por aquel entonces, Porsche ya llevaba muchos años consolidada como marca de coches deportivos y había dejado una huella imborrable en el paisaje urbano, o al menos así lo percibía Raimist. “De joven, veía continuamente por la calle modelos Porsche de colores vivos, ya fueran 356, 911 o 914”, recuerda. “¡Me quedaba embobado mirándolos!”. Y así empezó a desear que llegara el día en que no solo pudiera admirarlos, sino también sentarse al volante.

 

Tras finalizar sus estudios en 1971, Raimist se mudó a Hollywood y empezó a trabajar en la industria cinematográfica, en el área de posproducción. El sector estaba en pleno auge y, solo dos años después, ya había ahorrado lo suficiente como para cumplir su sueño. Con 20 años compró su primer nueveonce en un concesionario de Hollywood. Se trataba de un 911 T de 1973. “Un Targa en marrón Sepia, que fue amor a primera vista”, cuenta su dueño. “Nunca había visto ese color en Los Ángeles y quería llamar la atención, aunque más tarde me di cuenta de que no era el único al que le gustaba aquel tono”.

 

En 1970 y 1971 el marrón Sepia se ofreció como color especial, mientras los dos años siguientes ya pasó a ser una pintura de serie. En total, se vendieron 1.283 ejemplares del 911 en ese marrón, 477 de ellos con carrocería Targa. Y uno de ellos es el primer 911 de Raimist, que todavía conserva. Ese coche marcó el rumbo de buena parte de su vida futura, tanto profesional como personal.

 

Su 911, con preparación específica para competir

 

Casi diez años y 160.000 kilómetros después, Raimist guardó el 911 tras mudarse a San Diego, pero su pareja de aquel momento, Paula, le animó a volver a salir a la carretera con él. Sin embargo, no se limitó a sacarlo del garaje, sino que lo preparó para participar en carreras amateur, con aletas ensanchadas RS originales de acero inoxidable, un volante deportivo, llantas y neumáticos más grandes y, después, un motor de 3.2 litros de 1986. En un primer momento, sus disciplinas favoritas eran el autocross y las pruebas cronometradas. A título particular, entró en el Porsche Club of America y compitió en eventos para aficionados en San Diego y alrededores.

 

Entonces, la ambición se apoderó de Raimist. Para participar en carreras como miembro del L. A. Porsche Owners' Club, en 1993 adquirió su siguiente 911, esta vez un Coupé de 1973, que encargó transformar según las especificaciones RSR. “En 1994 le siguió un 911 Carrera RSR 3.8 (964) de fábrica”, relata. “Con ese coche participé en pruebas del campeonato PCA Club Racing en todo el país”, desde Sebring hasta Road Atlanta, pasando por Lime Rock Park, Watkins Glen, Road America y Laguna Seca. “El camino hacia el automovilismo profesional ya no estaba lejos”.

 

Sin embargo, lo que parecía un pequeño paso se convirtió en un gran salto, ya que en 1995, con 41 años, se hizo con una plaza en un 911 Cup para las 24 Horas de Daytona. Con el equipo de Larry Schumacher, veterano de las carreras de resistencia, Raimist terminó esta prestigiosa competición en el 27º puesto de una parrilla de 74 participantes. “Para mí, como aficionado, fue pura emoción”, recuerda. “Esa experiencia fue lo que realmente encendió la llama en mí”.

 

Un paso más en su carrera profesional

 

El siguiente paso en su trayectoria automovilística fue fundar su propio equipo de carreras llamado A.R.E., con el que compitió ese mismo año en tres pruebas del campeonato IMSA-GTP, terminando tercero en Laguna Seca. En 1996 volvió a participar en Daytona como piloto y propietario del equipo: consiguió un sensacional sexto puesto en la clasificación general y quedó segundo en su categoría. “En ese momento”, cuenta entre risas, “empezaron mis 15 minutos de gloria”. Dirigir un equipo de éxito es una labor muy exigente, y esto obligó finalmente a Raimist a abandonar su faceta de piloto. Como Jefe del Equipo A.R.E., siguió destacando en el IMSA durante varios años hasta que, finalmente, se retiró de la primera línea del automovilismo en el año 2000.

 

Con el cambio de milenio se trasladó a Florida, donde ayudó a otros pilotos de Porsche en sus ambiciones automovilísticas y se dedicó a nuevos menesteres. Raimist también se siente cómodo sobre dos ruedas y lleva más de 40 años siendo un auténtico entusiasta de la bicicleta. En esta disciplina, naturalmente, también compite. A lo largo de cuatro décadas ha participado en un sinfín de carreras de ciclismo en pista y carretera y, actualmente, dirige una tienda de bicicletas en Jupiter.

 

En cualquier caso, su pasión por Porsche se ha mantenido intacta hasta el día de hoy, especialmente cuando se trata de vehículos con un color concreto. En el garaje de Raimist, el clásico Targa comparte protagonismo con un 911 Targa 4 GTS (992) que adquirió en 2023 y un 718 Spyder RS que se incorporó a la colección un año más tarde. Tres Porsche con más de 50 años de diferencia entre sí, pero pintados en el mismo color histórico. En la actualidad, el marrón Sepia se puede elegir a través del programa Paint to Sample. Además de estos tres coches, Raimist posee un 718 Spyder de 2022, dos 911 del año 1973 y un 914. Todos los vehículos se utilizan con regularidad.

 

Como piloto y responsable de equipo, Richard Raimist llevaba una vida llena de adrenalina. Desde que se retiró de la competición se lo toma con más calma. Comparte sus experiencias en las redes sociales y participa durante todo el año en eventos automovilísticos en Florida. Su colección Porsche de color marrón Sepia siempre llama la atención y ya es famosa en la comunidad local. Además, pronto va a tener un nuevo miembro. “Acabo de enterarme de que Porsche nos ha dado luz verde para un nuevo 718 Cayman GT4 RS”, anuncia Raimist ilusionado en su garaje. “Así que este verano se va a sumar el cuarto coche marrón”. Está claro que el efecto sepia sigue cautivando a este entusiasta de Porsche. 


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