Hay un refrán que dice que “quien golpea primero, golpea dos veces” y, en muchos casos es acertado. Renault es una de las marcas más implicadas en la implantación real de vehículos eléctricos, pero esa ansia por la electricidad les ha hecho dejar un poco de lado a los híbridos. Una apuesta que no les ha salido del todo bien, pues el mercado está aupando a los segundos.
Para remediarlo y poner en la calle cuanto antes un vehículo que si tiene demanda en este momento, se van a llevar al Salón de París el Eolab, un híbrido cargado de avances que abandera como principal reclamo un dato arrollador: un consumo medio de 1 l/100 km (que supone unas emisiones de 22 g de CO2/100 km).
Según Renault, el concepto incorpora 100 avances tecnológicos industrialmente realistas que se incorporarán a los coches de serie en los próximos años. Estos se han centrado en 3 campos: aerodinámica, aligeramiento y tecnología Z.E. Hybrid.
Para lograr una aerodinámica que ofrezca una mínima resistencia al avance, el Eolab tiene un cuerpo diseñado para que el aire fluya a través de él. También cuenta con neumáticos estrechos con llantas que abren o cierran sus radios, suspensión que rebaja la altura de la carrocería al aumentar la velocidad y elementos aerodinámicos activos (alerón y aletines traseros).
El peso es otro factor fundamental a la hora de reducir el consumo y, gracias a una construcción en la que se emplean materiales como el magnesio (en un techo de apenas 4 kg), el policarbonato, el aluminio, los termoplásticos y los aceros de alta resistencia, se anuncia un peso de apenas 955 kg. Realmente poco en un vehículo híbrido, que cuenta con el lastre de baterías y motor eléctrico.
Por último, está el propulsor híbrido enchufable de gasolina Z.E Hybrid. Este permite al Eolab moverse de forma totalmente eléctrica un máximo de 60 km y a velocidades de hasta 120 km/h. Cuando es necesario, el motor térmico de 1.0 litro con 75 CV une su fuerza, bien para aportar más brío a la conducción o bien para recargar las baterías.
El diseño del coche obedece plenamente a factores aerodinámicos, pero no por ello carece de estilo. De formas muy suaves en general, el frontal luce un rombo de grandes dimensiones y la trasera ve como sus pilotos se unen por una tira siguiendo lo visto en otros concepts. Nada del otro mundo, salvo por la configuración de sus puertas, que siguiendo al Hyundai Veloster, se reparten entre dos a un lado y una al otro.
Con este concept Renault avanza a buen ritmo hacia el objetivo que se propusieron con el gobierno francés para 2020, poner en la calle vehículos con un consumo de 2 l/100 km.