El campeonato de la Formula E va llegando a su fin y Lucas Di Grassi sabe qué necesita para ser campeón: ganar. Tras ponerse líder en Long Beach, el brasileño de ABT dominó ayer en París. La primera curva fue el único momento tenso para él, que vio el banderazo a cuadros detrás del coche de seguridad.
La pista estaba complicada, con lo que sacar el máximo provecho a eso era importantísimo. Dicho y hecho. Los cuatro segundos que tenía de margen después de la parada obligatoria era un colchón que obligaba al segundo clasificado Jean-Éric Vergne a gastar más energía, con lo que Di Grassi tenía la sartén por el mango.
De hecho esa ventaja se amplió por la lucha entre el poleman Sam Bird y el ya mencionado Vergne. En la primera curva de la primera vuelta Vergne se aprovechó del ataque de Di Grassi y se puso segundo, puesto que aguantaría hasta el final de la carrera. Los ataques de Sam Bird fueron constantes, pero el británico no pudo rebasar al francés y tras el cambio de coche, Bird se pasó de frenada y Sébastian Buemi le arrebató el podio.
De hecho, Buemi fue uno de los hombres más activos de la carrera, pues salió octavo y tuvo que remontar para minimizar daños respecto de Di Grassi. El de E-DAMS supo aprovechar todas las oportunidades de adelantamiento, forzando el ya mencionado error de Sam Bird que le dio el podio al suizo.
En cuanto a incidentes destacados, Loic Duval no pudo ni utilizar el FanBoost debido a que su coche se paró a las primeras de cambio, provocando un Full Course Yellow que permitió a los pilotos llegar a la parada obligatoria de forma un poco más holgada. El segundo incidente importante fue el del chino Ma Qin Hua, quien se estrelló saliendo de curva 12 a falta de cuatro, causando la salida del coche de seguridad y por ende el fin de la carrera.
La próxima cita será en un mes vista, en el nuevo trazado de Berlin. La puerta de Brandenburgo será testimonio de una nueva lucha por ser el segundo campeón de la Formula E, y Di Grassi está en una racha importante.