Ayrton Senna, 25 años sin el piloto que movió un país

25 años sin un piloto que fue más que fue un paso más allá. Un piloto que se hizo un hueco en la historia y escribió parte de la misma durante su etapa en F1. Un piloto que a día sigue recordado por  pilotos, periodistas, ingenieros, jefes de equipos y aficionados

Senna se ganó su sitio en historia. No se lo ganó en sus batallas con Alain Prost, por sus tres títulos. Ni siquiera en el Gran Premio de Mónaco de 1984 o en el Gran Premio de Estoril de 1985. Personalmente aquello fue el culmen de una rueda de éxitos y fracasos. De aprendizajes y de sacrificios que moldearon su figura y talento para convertirlo en aquel piloto misterioso y en uno de los mejores de su época.

Su nombre comenzó a forjárlo cuando salió de su Santana natal para poner rumbo a Reino Unido y competir en la Fórmula Ford 1600 británica. Continuó labrándoselo cuando casi deja su carrera deportiva para ayudar al negocio familiar de su padre. Afortunadamente una oferta para pilotar en el campeonato británico y europeo de Formula Ford 2000 le hizo cambiar a su padre de idea. Su meritorio paso por los potentes Fórmula Ford lo catapultó al prestigioso campeonato británico de F3 en 1983 con West Surrey, el cual ganó con récord de victorias hasta la fecha.

Su rendimiento esa temporada llamó las puertas de la F1. Williams y McLaren quisieron hacerse con él y probó con ellos en Donnington Park el 25 de octubre de 1983. Sin embargo, los equipos de Grove y Woking habían cerrado sus alineaciones por lo que no hubo hueco, de momento, para Senna. Su siguiente oportunidad llegó con Brabham (en Paul Ricard) y Toleman (en Silverstone). Fueron estos últimos los que se hicieron con el prometedor campeón de la F3 británica.

Con el vetusto Toleman TG184 (que tenía doble alerón trasero) asombró al planeta por primera vez. La lluvia y Montecarlo se unieron para conformar un escenario de lujo para que Senna se luciera por primera vez públicamente y se colocara en el punto de mira del planeta. El paulista partió 13º y desde el inicio mostró que volaba. En aquella carrera superó a Keke Rosberg, Nigel Mansell o Michele Alboreto bajo el aguacero monegasco y comenzó a mojarle la oreja a un Alain Prost que pidió que se cancelara la carrera debido a la poca visibilidad de la pista. Razón no le faltaba al galo. Esa segunda plaza no fue la única vez que descorcharía el champán ya que llegarían otros dos terceros puestos en Silvertone y Estoril.

Tras esa exhibición el resto es historia. Llegarían sus años dorados con Lotus (los últimos antes de que el equipo desapareciera), sus peleas con Alain Prost, sus tres títulos mundiales y su idilio con Montecarlo. Fueron diez años en los que Senna escribió miles de páginas de historia.

A finales de 1993 Senna optó por abandonar McLaren y hacer las maletas hacía Williams para la temporada 1994. Un fichaje que evidencia esa faceta ganadora y ambiciosa que tanto lo caracterizaba. Su inicio con el equipo de Sir Frank Williams no fue el mejor. Dos abandonos en Interlagos y Aida no eran la mejor forma y llegaba a Ímola con el objetivo de descorchar su primera botella con Williams.

Sin embargo Senna estaba nervioso ese fin de semana (tal y como reportan periodistas y familiares). No estaba cómodo y tenía un mal presagio. El accidente de Rubens Barrichello en los entrenamientos libres del viernes desató sus alarmas pero no impidieron al tricampeón sumar su tercera pole de la temporada.

Aquel 1 de mayo de 1994 Senna se marchó para no volver. Tamburello se convirtió en su puerta al cielo y Brasil lloró la muerte de un referente y ejemplo de inspiración, motivación y fuerza que ayudó a muchos jóvenes brasileños.

No se olvidó del otro malogrado ese fin de semana: Roland Ratzenberger. El brasileño llevaba la bandera austriaca en su monoplaza para honrarlo al final de la carrera. Un gesto que habla de parte de la personalidad del piloto.

Hoy, 25 años después, la mirada de aquel piloto ambicioso, luchador y apasionado por el motor continúa en muchos pilotos. No solo en la de su sobrino Bruno, sino en muchos otros pilotos que tienen como referencia al astro brasileño. No para imitarlo o compararse con él. Creo que es una fuente de inspiración para los pilotos y ese legado que ha dejado Senna es lo que, personalmente, lo hace aún más grande comparándolo con otros pilotos.

Senna fue único, al igual que lo han sido los Gilles Villenueve, Graham Hill o Jim Clark. Un héroe para una generación de aficionados, pilotos, ingenieros y periodistas y que a día de hoy sigue impactando de una forma u otra en ellos. En mi opinión eso es lo que hace grande a un piloto. Las victorias, podios y récords son factores importantes de éxito pero la personalidad, las emociones y sensaciones que evoca son los factores diferencial que convierten al piloto en leyenda.