Apenas duró media hora la “alegría” a Marcus Ericsson. El equipo suizo decidía salir a rodar en los segundos entrenamientos libres tras permanecer en el garaje durante la totalidad de la primera sesión. Sin embargo, tras apenas media horas, Marcus Ericcson tuvo que detenerse tras sufrir un fallo de lo más incomprensible.
Ericsson iba camino de completar su decimotercera vuelta cuando, tras pisar el piano de la salida de la última curva y entrada en línea de meta, una de las piezas de la suspensión trasera izquierda se quebró. Una pieza diseñada para aguantar nada menos que la aceleración del vehículo contra el firme, se rompía sin motivo aparente.
Esta rotura ocasionó daños en las demás barras de suspensión, así como en el fondo plano, por lo que Ericsson puso fin a su sesión prematuramente, tras completar 13 vueltas, marcando una vuelta rápida de 1’32’’303, en una sesión de viernes tan atípica como improductiva para el piloto sueco.