Doblete de Ferrari, el peor GP de Mercedes y el niño valiente

Que no haya ningún incidente en pista en la salida de un GP de F1 es algo relativamente difícil de ver y más si a final de recta hay una curva complicada. Pues esto es lo que ocurrió en Singapur hace 2 días, si no tenemos en cuenta el fallo en el monoplaza de Max Verstappen que le dejó clavado en su posición de salida. Incluso con eso, todos los pilotos que salían por detrás de él, pudieron esquivarle sin consecuencias. Las once primeras vueltas siguieron esa tónica, sin accidentes ni apenas cambios de posición entre los pilotos. Lo que se podría denominar una carrera aburrida, aun siendo un piloto de rojo el que encabezaba la clasificación y no uno de gris como nos tienen acostumbrados.
 

El alemán de la escudería del Cavallino Rampante empezó como un tiro. Parecía que iba montado en un W06, sacándole demasiados segundos a su ex compañero de equipo en Red Bull, el australiano de la sonrisa perenne. Los dos pilotos de las flechas plateadas parecían no poder hacer nada contra sus rivales; hasta el undécimo giro no pudo el británico de Mercedes superar a Kvyat. Los aficionados estaban confusos, preguntándose cuál podía ser la razón de esa falta de ritmo. Sabíamos en el Marina Bay era favorable a los de Maranello, pero es que incluso se vieron más que amenazados por Red Bull, con un motor claramente inferior. Que si los neumáticos, que si el set-up, que si “inserte una teoría conspiratoria cualquiera aquí”, pero el caso es que no podían pelear en pista.
 

Empezaron las paradas a boxes, algunos pilotos se veían estorbados en la salida de su cambio de gomas y perdían posición, otros tenían pequeños problemas en la parada, pero la peor parte se la llevaron Felipe Massa y Nico Hülkenberg cuando, el primero, se incorporaba a pista después de su pit-stop y al llegar a la curva, el de Force India no cambiaba de trazada y colisionaban. Los comisarios decidieron que era culpa de Nico, desde casa y habiendo visto varias veces la repetición, yo diría que es incidente de carrera. Primer Safety Car de la noche; era muy improbable que en este circuito no apareciera Bernd Mayländer. Los pilotos en cabeza pudieron aprovechar para visitar sus boxes y los cinco primero mantenían sus posiciones en carrera. Este coche de seguridad favoreció al piloto holandés de Toro Rosso, que pudo desdoblarse y meterse en carrera. A partir de ahí empezó su magnífica remontada. Pasó de decimonoveno a octavo en doce vueltas, gracias en parte a sus adelantamientos y también al segundo pit-stop de los pilotos de media tabla.
 

Aunque los Mercedes no estaban liderando ni mucho menos la carrera, seguían cuarto y quinto, no estábamos disfrutando mucho de luchas en la parte alta de la tabla. Entonces, Lewis Hamilton decidió, en contra de su voluntad, supongo, arreglar esta situación y su monoplaza empezó a perder potencia y posiciones, hasta la retirada. Por primera vez en 2015, el británico no terminaba una carrera. El brasileño de Williams, que había seguido en pista después del accidente con Hülkenberg, debía acompañar a Hamilton en su camino a boxes para quedarse.
 

Sobre la vuelta treinta y cinco, el momento curioso, por decirlo de alguna manera, de la noche. Lo protagonizó un británico ebrio, ¿o deberíamos decir que los verdaderos artífices de la situación fueron los comisarios?, que saltó a la pista y se paseó a sus anchas durante unos segundos, tras los cuales decidió que era momento de volver a su sitio. Esto propició la salida del Mercerdes-Benz SLS AMG de nuevo, lo que volvieron a aprovechar los de las posiciones privilegiadas. Así, las 3 primeras posiciones de carrera no se vieron alteradas en ningún momento. Daniel Ricciardo no parecía poder acercarse a Sebastian Vettel, así como su compañero en las filas de Ferrari a su vez no podía acercarse al australiano de Red Bull.
 

Más tarde ocurrió: los dos McLaren-Honda tuvieron que retirarse por problemas de caja de cambios. Fue realmente una pena porque Fernando Alonso estuvo en los puntos durante varias vueltas, y ambos estaban protagonizando luchas con equipos usualmente superiores.
 

Ya en la recta final de carrera, los dos Toro Rosso, ambos con problemas en algún momento de la noche, llegaban octavo y noveno por detrás de Sergio Pérez. Los dos realizaron un Gran Premio espectacular ya que llegaron a rodar último y decimoctavo. Max tenía más ritmo que el mexicano, pero el motor Mercedes de su Force India hacía de las suyas en las rectas y el jovencísimo piloto de la escudería de Faenza poco podía hacer para rebasarlo. Su compañero, el español Carlos Sainz jr. Se empezaba a acercar y venía con ruedas más frescas. Desde el muro le pidieron al hijo de Jos the boss que dejara pasar a su vecino de box, con la intención de que éste tuviera su oportunidad de intentar el adelantamiento al Force India. Como luego supimos, la idea era devolverle la posición a Verstappen si Carlos no conseguía su objetivo, pero Max se negó rotundamente a que eso ni siquiera pasara. A pesar de que los aficionados nos preguntábamos qué ocurriría después del GP en Toro Rosso, Franz Tost aplaudió la valentía de Max. Personalmente, estoy de acuerdo con eso y me sumo a las alabanzas; nadie está aquí para ser escudero de nadie.
 

La carrera también nos dejó un toque de Maldonado para seguir en su línea, un piloto “novato” en esto de la F1 que quedaba por delante de su compañero de equipo (la particular lucha de los Manor) y a unos Sauber que pudieron puntuar con uno de sus monoplazas.