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Tras el varapalo que se llevó en Bahrein, donde los médicos de la FIA le impidieron correr por las lesiones que se produjo en el Gran Premio de Australia, Fernando Alonso está dispuesto a dar guerra nuevamente, esta vez en China. No obstante, la participación del piloto de McLaren en la carrera asiática dependerá, en buena medida, de los resultados obtenidos tras someterse a un nuevo chequeo médico realizado por el organismo rector automovilístico.
Según recoge Marca, Alonso espera "poder volver al volante el viernes, pero hasta que los doctores no me den luz verde para correr, no podemos dar nada por hecho" y se muestra comprensivo con la decisión del cuerpo médico de la FIA de no dejarle correr en Sakhir, aunque "fue una decepción que me dijeran que no podía pilotar en Bahrein, pero respeto completamente la decisión".
Asimismo, el asturiano valora positivamente el rol que cumplió en el Circuito de Sakhir, donde "fue interesante ver el fin de semana desde otra perspectiva, cosa que me ayudó a comprender todo el trabajo que se realiza para que los coches salgan a pista y aprender sobre los distintos procesos".
Sobre el papel que desea jugar en el trazado asiático, Alonso vuelve a mostrarse optimista, asegurando que "siempre he disfrutado pilotando en China y espero que podamos tener unas buenas pugnas sobre la pista y ver más progresos. Así que, estoy ilusionado por ver de lo que es capaz nuestro chasis y la unidad de potencia de este año".