La situación del equipo indio lleva siendo trágica durante los últimos meses. Los principales problemas son financieros ya que necesitaban capital para hacer frente a todos los gastos que supone tener un equipo en la máxima categoría automovilística. Las circunstancias han llevado a la escudería al límite de entrar en concurso de acreedores, una acción que recibió apoyo ya que el equipo necesita establecer una estrategia viable para llegar a un acuerdo con los acreedores y apuntalar su futuro a largo plazo.
Vijay Mallya, accionista mayoritario de Force India, había declarado a principios de este mes en el Gran Premio de Gran Bretaña que aún no había recibido lo que consideraba una oferta satisfactoria para comprar el equipo. La última oferta que recibió fue de Rich Energy, una empresa británica que ofrecía un contrato de 30 millones como patrocinador. Force India decidió rechazar el acuerdo ya que no lo consideraba creíble al no ser suficiente para el correcto porvenir de la entidad.
El contexto de la decisión de Force India es positivo ya que tendrán tiempo durante las vacaciones de verano para enderezar y planificar una necesario mejora financiera. Desde el propio equipo esperan no bajar mucho el rendimiento en pista, algo que difícilmente puedan cumplir al no poder traer nuevas mejoras.