Gran Premio de Italia 1969

Jackie Stewart y Jochen Rindt se conocieron en una carrera disputada en Reims en el año 1965 y desde entonces se convirtieron en amigos inseparables. Junto con sus parejas, Helen y Nina, su amistad fue más allá del paddock;  iban juntos de vacaciones e incluso compraron sus casas muy cerca en Suiza para estar permanentemente en contacto.  Con el tiempo, aunque eso no le granjeó muchos amigos, Jochen apoyó incondicionalmente a Jackie en su cruzada para hacer más seguros los circuitos en una época en que las muertes y los graves accidentes estaban a la orden del día.
 

Stewart comenzó la temporada de F1 de 1969 de manera idílica. Era su segundo año en la Matra dirigida por Ken Tyrrell, el MS080 tenía un gran chasis producido por el fabricante francés y el motor DFV de Cosworth de 3 litros era el referente. Si duda, lo que más valoraba de su equipo era el excepcional ambiente que se respiraba. Había rechazado ofertas de Ferrari y de Lotus para estar en el equipo de Ken, al que respetaba tanto como apreciaba y con el que había tenido éxito en Fórmula 2. Con cinco victorias y un segundo puesto en siete carreras y con sólo cuatro por disputar, sólo podía apartarle del título el piloto de Brabham Jackie Ickx, que debía ganarlo todo y el escocés tener muy mala suerte para no lograr su primer antorchado.
 

Jochen por su parte estaba teniendo una temporada horrible en su primer año con Lotus. A decir verdad, desde que llegó a la F1 en 1965 de la mano de Cooper, todas sus temporadas habían sido muy irregulares quizá con excepción del año anterior con Brabham. Lo cual no quiere decir que lo estuviese haciendo mal; era el piloto a batir en F2, había ganado las 24 horas de Le Mans con un Ferrari junto a Masten Gregory y se había ganado a pulso el difícil puesto en Lotus para suplir al desaparecido Jim Clark.
 

Su relacióncon el patrón del equipoColin Chapman fue complicada desde el principio, Colin no había superado la muerte de Clark y aunque Graham Hill había ganado el título el vacío estaba ahí. Jochen no soportaba que ordenase correr con la gasolina justa, causa que le obligó a retirarse en algunas carreras por quedarse sin combustible. Pero lo peor de todo era la falta de fiabilidad y de seguridad que tenía el Lotus 49B. Tanto Graham Hill como Jochen Rindt sufrieron graves accidentes en Montjuic al desprenderse el alerón que iba unido a la suspensión, lo que propició que estos se prohibieran. Jochen se perdió la carrera de Montecarlo por culpa de las heridas y durante ese periodo le dio muchas vueltas a su difícil situación en Lotus, incluso llegó a escribirle una carta a Chapman exigiéndole que dejase a un lado su obsesión por hacer bajar el peso de sus coches y tratase de hacerlos más seguros. Tras su recuperación, Rindt volvió "motivadísimo" con ganas de traducir su velocidad en resultados.
 

El espectáculo que ofrecieron Stewart y Rindt en el Gran Premio británico fue sublime. Se adelantaron más de 30 veces en su pelea por el liderato, siempre con limpieza, respetándose el uno al otro pero sin concederse un metro. Stewart con su estilo elegante, con el control total del coche y con una consistencia a prueba de bombas. Jochen con su estilo agresivo, llevando el coche una y otra vez sobre el límite. Hasta que un problema con el alerón del Lotus retrasó al austriaco y dejó en bandeja la victoria a Stewart. En una F1 llena de estrellas como Surtees, Amon, Hulme, Hill, Ickx, McLaren, Courage o Rodríguez, Jackie y Jochen brillaron más que nunca.



 

Era cuestión de tiempo que Stewart consiguiera matemáticamente el título. El Gran Premio de Italia celebrado en Monza sería su primera oportunidad. Stewart tenía 51 puntos, Ickx 22 y el actual campeón del mundo Graham Hill 19. Ferrari llegaba a su gran cita con la ansiedad de lograr algo reseñable en una temporada para olvidar. El mejor resultado de la temporada lo había logrado el neozelandés Amon con un tercer puesto en Zandvoort, sin embargo, tras los primeros libres pronto se vio que no podían hacer nada. Sólo un Ferrari saldría para la carrera, el del Mexicano Pedro Rodríguez y lo haría en 12ª posición.
 

El que tuvo una jornada de entrenamientos para olvidar fue Jackie Ickx, calificando su Brabham en 15º posición. El belga estaba desesperado, no estaba cómodo con el coche y eso en una pista como la italiana era letal. Su intención era retrasar el título de Stewart al máximo y de repente se encontró con que a las primeras de cambio e incluso antes de que comenzase la carrera, estaba completamente fuera de la pelea. Jochen Rindt logró la pole, seguido del McLaren de Hulme. La segunda fila fue para Stewart y Courage y la tercera para McLaren y Beltoise, el compañero de Stewart.
 

La mala salida de Hulme le hizo perder varias posiciones, algo que aprovecharon Stewart y Courage, Rindt aguantó el tipo en el liderato. Poco después el escocés se hizo con la primera posición, mientras que en Lotus saltaban de nuevo las alarmas al romper su motor John Miles. En las siguientes vueltas la cabeza de carrera se la alternaron Stewart, Rindt, Hulme y Courage.  A mitad de carrera de nuevo Stewart y Rindt nos deleitaron con otra batalla sin descanso, adelantándose más de siete veces en una dura pelea. Rindt ansiaba su primera victoria y Stewart quería ganar el título desde lo más alto del podio.
 

Oliver, Brabham, Siffert, Hill y un desafortunado Ickx engrosaron la lista de abandonos en la segunda mitad de la carrera. Ya en la última vuelta Stewart lideraba la carrera acechado por Rindt, Bruce McLaren y Jean Pierre Beltoise. Y una vez más, Jackie y Ken superaron a Jochen y Colin por inteligencia. Conscientes de que podrían llegar a la curva de la Parabólica con un piloto en el rebufo o incluso en paralelo, se centraron en los entrenamientos  en llevar una marcha lo más larga posible para asegurarse cruzar la meta antes que nadie. Al llegar a la última curva Beltoise, en un movimiento muy agresivo, se puso en cabeza y Rindt se emparejó a Stewart, pero el escocés únicamente estaba pensando en poner el coche recto y acelerar cuanto antes. Beltoise salió un pelín muerto de la curva por la línea exterior, por lo que Jackie y Jochen le pasaron pocos metros después. En un final de infarto, toda la grada se puso en pie al ver llegar al Lotus y el Matra a la línea de meta, en la que Stewart venció al Rindt ¡por sólo 8 milésimas! El podio lo completó Beltoise, seguido de McLaren, Courage y el piloto de Ferrari Pedro Rodríguez.


Jackie Stewart ganó el campeonato del mundo por primera vez dando una gran lección de pilotaje. Al término de carrera, Rindt estaba feliz por la victoria de Jackie y por haber peleado por la carrera hasta el final, pero fastidiado porque de nuevo su ansiada y primera victoria se había vuelto a esfumar otra vez. Quién le iba a decir a Stewart en un día de tanta felicidad, que el año siguiente su amigo iba a ser campeón del mundo pero que jamás lo iba a saber porque iba a perder la vida en este mismo circuito.