El Grupo de Estrategia de Fórmula 1 ha anunciado que el Halo – que fue criticado por varios sectores durante el pasado año 2016 – ha sido descartado como medida para mejorar la seguridad de los monoplazas de cara a 2018. En su lugar, se utilizará un nuevo dispositivo conocido como Shield.
Este escudo protector es similar en cierto sentido al Aeroscreen que probó el equipo Red Bull durante el Gran Premio de Rusia de 2016. No obstante, esta pantalla transparente no cubrirá por completo el cockpit del monoplaza – si fuera una cabina cerrada, esto podría retrasar la salida o extracción del piloto en caso de accidente de gravedad.
Estas medidas surgen a raíz del accidente que se llevó la vida del ex piloto de Fórmula 1 Justin Wilson en una carrera de IndyCar durante el verano de 2015 en el que un trozo de vehículo impactó en la cabeza del británico. Según se recoge en el medio ESPN F1, a lo largo de esta temporada van a realizarse sesiones de test con este nuevo sistema para que se vaya desarrollando, ya que el objetivo es que esté listo de cara a la próxima temporada.