Dos carreras. Ese es el periodo que ha durado el nuevo formato de clasificación que impulsó la FIA al iniciarse la temporada. El objetivo que perseguía el organismo rector del automovilismo y que lo llevó a reformar el sistema clasificatorio anterior fue el de intentar dotarlo de una mayor espectacularidad e interés de cara a los aficionados. Todo ello promovido por el afán de experimentar y proyectar una nueva Fórmula 1 que vuelva a enganchar a los numerosos espectadores desencantados con la competición.
Desde su implantación en Australia, los pilotos y equipos que integran la categoría reina del automovilismo mostraron su disconformidad con el nuevo formato clasificatorio. Unas críticas que tomaron un aire mucho más belicoso tras el segundo gran premio de la temporada, el de Bahrein, y que llevaron a los protagonistas del gran circo a promover de forma unánime la abolición del nuevo formato clasificatorio y la vuelta al del pasado año.
Ante semejante cuantía de reproches, la FIA no tardó en dar el visto bueno a la vuelta del sistema de 2015. No obstante, para implementar dicho procedimiento, se necesitaba el apoyo de la Comisión de la Fórmula 1 y del Consejo Mundial de los Deportes del Motor que, según indicó Autosport, ha llegado hoy, por lo que se espera que su aplicación se haga formal el próximo fin de semana, con la disputa del Gran Premio de China.
"El Consejo Mundial de los Deportes del Motor ha aprobado hoy volver al formato de clasificación de la pasada temporada para lo que resta de 2016. El sistema, en el que se elimina a los seis coches más lentos al final de los dos primeros periodos de la clasificación antes de que los 10 últimos coches compitan en la Q3, volverá en China", rezaba en el comunicado emitido por la FIA esta tarde.
#F1 Qualifying officially reverts to previous format for Chinese GP > https://t.co/xa18bkDC4q pic.twitter.com/2SW7PsnPPH
— FIA (@fia) 11 de abril de 2016