La lección de Fórmula 1 que necesitábamos

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Quizás incluso más que en Silverstone, el Gran Premio de Hungría de Fórmula 1 dejó satisfechos a millones de seguidores – unas palabras que más de uno habrá rogado al cielo después de los augurios que dio el arranque del año en Albert Park. El circuito de Hungaroring, conocido por carreras monótonas debido a su dificultad para los adelantamientos en sus menos de cuatro mil metros de recorrido, sorprendió a todos con un espectáculo que consiguió recordar a la afición la pasión por el deporte.
 

Algunos argumentarán que 2015 ha sido el mejor GP de Hungría en la historia. Pese a su fama de circuito ratonero (un ejemplo perfecto es el de 2002, cuando Pedro de la Rosa se pasó la carrera entera viendo la caja de cambios de Mika Salo siendo un segundo más rápido que él), las ediciones de 1986, 1989, 1997, 1998 y 2006 son también recordadas en especial por el público. Las dos primeras destacaron por maniobras clave (Piquet a Senna en la primera curva en 1986 y Mansell a Senna en 1989 después de haber salido desde la mitad del pelotón y con un Onyx doblado de por medio), mientras que 1997 destaca por aquel agridulce segundo puesto de Damon Hill con el Arrows-Yamaha y 1998 por un superior Michael Schumacher y sus decenas de vueltas a ritmo de clasificación. La carrera de 2006, marcada por la lluvia y varios errores humanos (accidente de Kimi Räikkonen y la famosa tuerca de Renault que dejó fuera a Fernando Alonso) vio a Jenson Button alcanzar la gloria seguido de un sonriente de la Rosa – su único podio en F1. Por tanto, el puesto de ‘mejor GP de Hungría’ es bastante debatible en ese sentido.
 

Volviendo a hechos presentes, quedó bien claro quiénes fueron los ganadores y que Mercedes dejó escapar la carrera en varios momentos. Respetando el gran ritmo de Sebastian Vettel, inalcanzable para los dos pilotos de Brackley, Lewis Hamilton tiró hasta dos veces la carrera. El primer momento fue en la primera vuelta, cuando en un intento estúpido (Sky Sports lo tildó como “arriesgado”) por adelantar a Nico Rosberg bloqueó neumáticos, apuntó hacia un hueco que no existía en una curva y una posición donde no era viable adelantar y de inmediato echó las culpas a su compañero de equipo por hacer un movimiento ilegal – cuando Rosberg sólo trazaba la curva. La impaciencia le volvió a jugar una mala pasada al colocarse dos veces por detrás de su compañero tras el Virtual Safety Car, encontrándose con turbulencias y perdiendo agarre delante. Esto le provocó subviraje en la última curva, permitiendo acercarse a Daniel Ricciardo, llevando a la pasada de frenada en la que ambos colisionaron poco después. También Rosberg tiró la carrera por impaciencia al cerrar la puerta a Ricciardo antes de tiempo: pensando que ya le había rebasado por completo, su neumático trasero izquierdo tocó el alerón y se rajó, perdiendo un podio que tenía en el bolsillo. El alemán aseguró después que “Era su curva”. Lo era…y la perdió de una manera impropia de alguien que pretende ganar un título mundial.
 
 

Otra cruz se la llevó Force India: puede que el problema de suspensión de Sergio Pérez el viernes fuera debido a una salida de pista anterior, pero en un principio un Fórmula 1 ha de aguantar algo así sin mayores complicaciones. La rotura de alerón de Nico Hulkenberg, sin toque previo, lleva a la conclusión de que los mecánicos del equipo de Vijay Mallya no han realizado un trabajo bien hecho – en una temporada complicada para ellos desde el primer momento. James Hunt llegó a decir en una ocasión que cuando un coche está bien montado aguanta la carrera entera sin problemas – dicho en su época, donde la fiabilidad no era la de hoy día.
 

Pero quien más quedó en evidencia no fue Mercedes (sin su superioridad en pista no hubieran podido remontar como lo hicieron tras sus errores), sino la prensa sensacionalista española. Bien hace en ensalzar y llevar al público los esfuerzos y logros de un pilotazo como es Carlos Sainz, pero al mismo tiempo la agenda setting del país decidió hace ya varios meses ningunear a Max Verstappen…que llevó el Toro Rosso a la cuarta posición en Hungría y ahora mismo duplica en puntos a un hasta ahora desafortunado Sainz. Si los medios nacionales continúan con esta tendencia van a lograr convertirse (más aún) en un hazmerreir a nivel internacional, así como para los que de verdad se esfuerzan por comprender el deporte. Claro están los intereses detrás de esta intencionalidad, pero de este modo millones de espectadores en el país no van a tener una imagen que se corresponda con la realidad - dicho de otro modo, Verstappen dio a sus 'enemistades' una dosis de realidad más que necesitada.
 
 

Si bien fue con ayuda de una carrera rocambolesca, colocar el McLaren-Honda en quinta posición denota que Fernando Alonso, pese a acabar la clasificación empujando el coche de vuelta a boxes, continúa teniendo garra como para sacar potencial oculto de todo lo que conduzca. Hungría se ajustaba a las cualidades de McLaren (motor débil, pero un chasis casi a la par que Ferrari en calidad en un circuito donde la potencia importa poco), pero no todas las carreras restantes del calendario presentan esas características. En cierto sentido Red Bull también aprovechó la naturaleza del Hungaroring para conseguir el doble podio – a pesar de la dificultad de desarrollar un coche con tanta falta de test, en Milton Keynes consiguen dar pasos que pueden parecer pequeños, pero ante la dominación de Mercedes poco a poco tienen la capacidad de responder.
 

Ferrari está a dos victorias de conseguir que Maurizio Arrivabene camine descalzo setenta kilómetros desde Maranello a Sestola. No obstante, tras las vacaciones llegan dos citas míticas que a priori son territorio Mercedes (en el sentido de equipos que utilizan el propulsor germano) en términos de velocidad punta: Bélgica e Italia. Si Mercedes deja de tener salidas malas siguen siendo los favoritos, pero las predicciones no sirven en un deporte como éste.