Ferrari continúa su peregrinación para dar caza a Mercedes. Los de Maranello han reducido la distancia que los alejaba de las balas plateadas la pasada temporada. A estas alturas de la campaña, con seis carreras disputadas, 67 son los puntos que separan a ambas escuderías en el mundial de constructores (17 puntos menos que en 2015). Pero los italianos aún caminan con una piedra en el zapato que los irrita en demasía y que no es otra que la Q3. Consumar una buena clasificación en algunos de los trazados que integran la competición es fundamental para optar a la victoria y "estamos pagando esa factura durante las carreras, pero ya hemos aprendido la lección", manifestó Arrivabene a Autosport.
El responsable del equipo italiano aseguró que "no quiero encontrar las excusas de por qué no fuimos lo suficientemente buenos en la Q3 de Barcelona y el pasado sábado en Mónaco. Necesitamos entender realmente cuál es el problema para poder resolverlo". Asimismo, Sebastian Vettel, en sintonía con las declaraciones de su jefe, aseguró que "hay lecciones que tenemos que aprender de Barcelona y lecciones de Mónaco, ya que cuanto más adelante posicionemos el coche en la clasificación, más fácil nos será la carrera del domingo. Es una obviedad".
Algo más de una semana es el espacio de tiempo que resta para la disputa de la séptima batalla de la temporada, el Gran Premio de Canadá (11 y 12 de junio). Veremos si dicho margen es suficiente para que la Scuderia dé con la tecla y solvente sus problemas en la Q3 o si, por el contrario, la última sesión de la clasificación continúe siendo uno de sus talones de Aquiles.