Ruedas de galleta

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Evidente era el hecho de que, en un circuito donde predomina la potencia en dos sectores y la carga aerodinámica en uno, Mercedes era el favorito y sus compañeros de motor le seguirían – al menos en ritmo de una vuelta. También que, si nada le ocurría a Lewis Hamilton, se llevaría otro triunfo sin muchas complicaciones a simple vista. Por desgracia para Pirelli, lo que quedó a simple vista fueron sus compuestos de neumáticos en dos reventones sin previo aviso.
 

En la segunda sesión de libres Nico Rosberg ya se llevó un susto de los gordos – en la zona de Blanchimont, rondando los 300 kilómetros por hora, su neumático trasero derecho explota sin haber dado signos previos – de hecho, era su cuarta vuelta con ese neumático. Un examen muestra como ya en el Raidillon un hilillo comienza a deshacerse de la goma, como si de un descosido de una camiseta vieja se tratara. Rosberg no se salió de la pista y Pirelli lo acusa a los pianos o a la presión a la que se someten en el Eau Rouge.
 

Unas cincuenta horas más tarde, Ferrari divisa un podio merced a una estrategia de neumáticos interesante – los neumáticos de Sebastian Vettel no decaen pese a tener unas treinta vueltas al circuito más largo del mundial, pudiendo aguantar las acometidas de un revitalizado Lotus con Romain Grosjean al volante. A falta de dos vueltas del final, el podio del Cavallino Rampante estalla de la forma más literal, con otro reventón en la trasera derecha. El cabreo monumental del tetracampeón mundial no se hace esperar, pues tampoco hubo previo aviso en esta ocasión.
 
 

En ambas situaciones, Pirelli ha tenido mucha, mucha suerte. Suyos son los neumáticos que han reventado y deshecho cual camiseta vieja. Rosberg lo controló en plena recta y no se fue contra el muro (como le ocurrió a Luciano Burti en 2001 o a Daniel De Jong en la carrera del sábado de la GP2, aunque en cada caso por toque con Eddie Irvine y Pierre Gasly), lo cual podría haber tenido graves consecuencias. En el caso de Vettel, el reventón tuvo lugar doscientos metros después de Eau Rouge – el punto exacto donde hace treinta años falleció su compatriota Stefan Bellof. Si llega ocurrir algo grave – lo cual parece que está destinado a suceder – todo el peso de la responsabilidad hubiera caído hacia el fabricante de neumáticos. Se les pidió un neumático que se degradara y diera lugar a competición artificial, no unas ruedas que revienten cuando se llevan al límite – siendo la categoría reina del automovilismo. Se supone que están diseñados para ser utilizados para este tipo de exigencias, morder pianos y soportar cargas como ningún otro monoplaza de una categoría de la FIA.
 

De la carrera en sí hay poco que comentar: Spa puede dar espectáculo tanto en seco como en mojado…y también no darlo. Incluso peor fue el caso de 2002, cuando Michael Schumacher se escapó con los neumáticos blandos y Rubens Barrichello, en el otro Ferrari, sufría los temidos blisters… ¡con los duros! También de campeón y escudero va la cosa este año, pues Rosberg, con su ritmo de carrera, está siendo el mejor piloto del mundo en quedar segundo. Lo cual, si de verdad opta a emular la hazaña de su padre en 1982, ha de modificar de manera drástica.
 

Otro aspecto divertido es como, en los dos casos en los que ha aparecido la acción judicial, el equipo afectado ha tenido una repentina mejora de ritmo. Sauber tuvo un gran inicio de temporada en Australia con la demanda de Giedo van der Garde y Lotus sufría – y sufre, ya que siguen en Spa – la del anterior piloto Charles Pic. Si sigue así la tónica, mejor que nadie demande a Mercedes…
 
 

Demandas o no, Grosjean cumplió con muchas promesas en Spa, llevando al podio un coche al que más de una vez le ha costado puntuar este año. Tampoco se puede desmerecer la actuación de Daniil Kvyat, Max Verstappen y Sergio Pérez – aunque sí la de Williams, pues su enésimo error estratégico en esta temporada le costó demasiados puntos a Valtteri Bottas, teniendo en cuenta la lucha en la que están metidos en el campeonato de constructores.
 

Monza es siempre una fiesta del automovilismo, sea después una carrera entretenida o no. Las probabilidades apuntan a un dominio muy similar de los equipos Mercedes a la vez que la lluvia no suele ser un factor muy habitual en el legendario autódromo. Pese a ello, no debería dejar de ser una carrera digna de ver.