Carlos Sainz intenta zanjar los rumores que apuntan a una mala relación entre él y su compañero de equipo, Max Verstappen. Una historia que cada vez toma más cuerpo. Prueba de ello han sido las últimas declaraciones que ha realizado el piloto holandés, en un tono que raya el belicismo, sobre el incidente que tuvieron en los últimos compases del Gran Premio de Australia o las protestas que espetó a su equipo a través de la radio durante la disputa de la carrera. "Esto es una puta broma" o "En condiciones normales, debería de estar kilómetros por delante de Sainz" han sido algunas de las perlas que ha vertido Verstappen por su boca.
No obstante, a diferencia del holandés, Sainz intenta aplacar el fuego cada vez que se pone delante de un micrófono. Según recoge Motorsport, el piloto madrileño habría asegurado que "todo se solucionó y no hay ningún problema, lo prometo. Obviamente, hemos tenido una reunión y ambos estábamos sin saber qué había sucedido, qué estaba pasando, pero estoy convencido de que no habrá problemas. En realidad no hay nada de que hablar".
Sobre si este tipo de rivalidad entre ambos podría afectar a Toro Rosso, el piloto español comentó que "espero que no. Por mi parte, en Melbourne no pasó nada, fue sólo una carrera más. Además, creo que somos lo suficientemente maduros como para saber manejar una situación de este tipo".