Carlos Sainz finalizó 17º la carrera, llegando a ser doblado dos veces por los líderes de la carrera. Sochi parece ser un circuito maldito para él ya que siempre le ha ocurrido algo fuera de su alcance. Por estos percances, el madrileño no pudo sacar el mayor rendimiento al monoplaza de Renault y tuvo que conformarse con las últimas plazas de la parrilla. Su carrera en territorio ruso es para olvidar al no haber sumado ningún punto para la general, solo ha servido para seguir cogiendo experiencia en circuitos donde su rendimiento decrece.
La clave ha sido el toque con Sirotkin tras la salida. "Ha sido muy duro porque después de una salida con las soft mejor que muchos con las hiper, de pasar a un par de rivales, Sirotkin se ha tirado un poco a saco y no lo he notado pero me ha roto la zona derecha y con el suelo rajado ya he notado desde la tercera curva que el coche no iba bien y que la carrera sería larga". Esto le ha acompañado durante toda la carrera tanto a nivel mental como en el monoplaza, su único objetivo era hacer tiempo para que su compañero de equipo, Hulkenberg, pudiese estar por delante de Haas y Sauber.
"Perdí mucha carga, el balance era otro, sobreviraba muchísimo y ha sido una carrera para intentar quedarme fuera mucho y ralentizar a los Haas y los Sauber para que Hulkenberg pudiera abrir distancia con ellos. Yo ya sabía perfectamente que no tenía nada que hacer en carrera, puntuar era imposible con este coche, era un segundo más lento".