Día para olvidar de Sebastian Vettel. Día que comenzó mal y terminó peor. El piloto alemán llevaba cuatro vueltas completadas cuando su RB10 le hacía pararse a un lado de la pista. Sin humo. Pero visiblemente dañado. Vettel se bajaba y demostraba una gran humildad al ayudar a los comisarios del Circuit a llevar el coche hasta una escapatoria segura y a colocarlo en lo alto de la grúa que le devolvería a boxes.
“Tuvimos un único fallo en uno de los sistemas esta mañana, lo cual causó una avería e implicó que tuvo que parar el coche. Tuvimos que cambiar el cableado del chasis y es un gran trabajo que no pudo ser realizado antes de esta tarde. Fue un pequeño fallo pero tuvo grandes consecuencias; no había nada nuevo en esa parte del coche, fue algo nuevo que sucedió en esa área concreta”, declara, algo cabizbajo el alemán. “Afortunadamente pasó hoy y no mañana, pero desgraciadamente perdimos la oportunidad de preparar el domingo con los dos coches, por lo que tendré que ver qué hizo Daniel hoy y seguirle el ritmo para mañana”:
Situación totalmente distinta para el australiano de Red Bull que sigue sorprendiendo con su constante trabajo y su gran rendimiento. “Es bonito haber vuelto después del parón y creo que hemos mostrado mejoría; queremos reducir la diferencia con Mercedes pero no parecen mostrar signos de debilidad”. Suerte dispar. Diferentes trabajos por hacer. Vettel y Red Bull han recordado la pesadilla de Jerez pero no debería haber problemas para que mañana ambos rindieran al nivel esperado, que no es otro que el de las cinco primeras posiciones.