Peligroso periodo el de pretemporada. Las noticias escasean, un buen número de aficionados apaga el radar hasta el comienzo de la temporada y toca encontrar formas de llamar la atención. Y entonces, llegó Carmen.
Un buen amigo comentaba de forma jocosa el círculo Carmen Jordá. Alguien dice algo malo de Jordá; se publica y automáticamente genera muchas visitas. El medio defiende a Carmen, y vuelve a subir las visitas. Por último se publican declaraciones de Carmen y más visitas para la saca. De algo prácticamente irrelevante o que debería resultar anecdótico se hace una montaña y hay tema para una semana. Pasó con las declaraciones de Michele Mouton y ha pasado ahora.
El comportamiento de la prensa patria es tan previsible que ni me llama la atención. Es muy difícil ser crítico con la gente con la que tienes que tratar. Los periodistas están condicionados y a menudo traspasan la línea de lo lógico. Esperaba ninguneos a Sorensen, tal y como ha ocurrido. Al fin y al cabo, el danés, a pesar de ser en la actualidad piloto de fábrica y tener un salario digno, algo que la mayoría de los pilotos ansía, apenas cuenta con victorias en todas las categorías donde ha competido, pero no así con grandes temporadas. No es un piloto del montón pero tampoco el mayor talento del mundo, atacarlo era sencillo.
Tampoco me sorprenden las incoherencias. Aplaudir el papel de Carmen porque al fin y al cabo ha llegado a donde está, como otros pilotos de escaso talento, y paralelamente poner el grito en el cielo porque un piloto del talento de Merhi está fuera de la Formula 1 por no conseguir unos milloncejos. ¡Qué injusticia!
Todo aquél que me conozca mínimamente sabrá que tengo algún tipo de merma dentro de mí que hace que desde siempre las mujeres piloto me llamen la atención y por lo tanto, las he intentado seguir en mayor o menor medida. Quizás falta de información o quizás inocencia de épocas pasadas, pero cuando Jordá compitió en Formula 3, el panorama no era tan desolador a pesar de compartir pista con Natacha Gachnang, que además estaba arrasando con su mismo vehículo.
En 2010 Carmen dio el salto a América para competir en la Indylights. Recuerdo perfectamente esos días ya que seguir la categoría norteamericana era muy sencillo gracias a un fabuloso streaming promovido por la organización, donde no solo podías ver la señal de TV sino ir cambiando entre las distintas cámaras onboards de los vehículos. A pesar de los complicados horarios que tuvo dicha temporada, el ver a Adrián Campos junior luchando por el título era un aliciente. La piloto de Alcoy tenía un blog en el diario Marca y además era una época en la que incluso podías preguntar a través de las redes sociales y que te contestara.
Carmen Jordá desapareció del panorama, compitiendo en menos de la mitad de las carreras de la temporada. De 2011 llegaron noticias difusas de ella hasta encontrar que anduvo haciendo carreras en una copa monomarca de GT’s, sin pena ni gloria.
Entonces llegó 2012. La GP3 pasaba por un duro momento. La crisis económica atizaba y los equipos de la categoría no veían forma de completar los presupuestos. El promotor, Bruno Michel, instigado por Berni tuvo la idea de subir a varias chicas para ver que ocurría. Vicky Piria, Alice Powell y Carmen Jordá fueron las elegidas.
Fue en ese momento, donde comenzó a cambiar mi percepción de la piloto. Me han acusado de odiarla, de machista o de tenerle inquina personal. No van por ahí los tiros, aunque si es cierto que le perdí totalmente el respeto como piloto cuando comenzaron las mentiras. No tardaron en llegar las primeras entrevistas y con ellas las mentiras, como el incidir que había pasado dos temporadas compitiendo en américa. Me enfadé cuando escuché como criticaba la organización de las carreras americanas y hablaba de lo peligroso que era competir en óvalo, cuando ella no pasó de hacer más que unos test en este terreno.
Los que tengan buena memoria recordarán la actuación de Carmen en Monaco. Cómo llegaba a ceder hasta 7’’ por vuelta, cómo una piloto como Alice Powell llegó a adelantarla a pesar de tener que pasar por boxes y de cómo solo la presencia del safety car evitó que fuese doblada en carrera. Tras eso, el crashfest de Valencia, donde cosechó su mejor resultado de la temporada, decimotercero. Diría que fue la última de los que no pasaron por boxes, pero sería incierto, ya que algunos de los que pasaron por boxes para arreglar sus alerones y/o pinchazos, le dieron alcance.
Y tras esto, un momento histórico en la GP3 Series. Carmen se convirtió en la primera piloto en no ser admitida para una carrera de la GP3 tras no superar el 107% de la pole position ni en entrenamientos ni en clasificación. Y de nuevo, uno de los motivos por el que no respeto mínimamente a la piloto, las mentiras. Rápidamente se dio orden de ocultar lo sucedido, así mientras en una TV se hablaba de problemas con el coche, otros periodistas hablaban de gripe o directamente ignoraban su ausencia. Nada de eso era cierto, simplemente las condiciones eran muy delicadas y no consiguió cerrar la vuelta. La temporada acabó igual de mal, en la cola del pelotón y sin luchar por nadie.
En la pretemporada 2013 llegaban nuevas noticias. Ni Vicky Piria ni Alice Powell, que se convirtió en la primera mujer en puntuar en la GP3 Series, estarían en la siguiente temporada. Si lo estaría Carmen. Como aficionado, antaño estas situaciones te indignaban, a estas alturas, ni te inmutas. Esto no es fútbol, aquí para competir tienes pagar el asiento porque el modelo de promoción es insostenible. No hay patrocinadores, fábricas, ni equipos a los que le salga rentable apostar por los pilotos desde tan pronto.
También incredulidad al escuchar las primeras declaraciones de Carmen, en la que decía que se había preparado bien, y que su objetivo era estar regularmente en los puntos. Lo cierto es que Carmen había entrenado como nunca. Ya que está prohibido hacer test con los vehículos de la GP3, los Porteiro prepararon un vehículo que se asemejara lo máximo posible al comportamiento de un GP3. Para ello cogieron un Dallara WSL3, un chasis de la extinta categoría World Series Light colocándole un motor más potente. Carmen pasó el invierno rodando sin parar en el circuito de Cheste.
Desafortunadamente no fue suficiente. Carmen volvía a estar atrás sistemáticamente, incluida la prueba celebrada en el circuito de Cheste. Los tiempos evidenciaban que las carreras se le hacían largas, que su físico no aguantaba y que estos decaían al final de cada prueba. En Alemania se vivió algo esperpéntico. Samín Gómez tuvo que cumplir una sanción de paso por boxes. La venezolana alcanzó a Carmen que trató de defenderse aunque su intento de retrasar la frenada se tradujo en saltarse la penúltima curva del trazado de Nurburgring, con escapatoria asfaltada. La lógica te invita a levantar el pie un poco cuando te saltas una curva, sin embargo ella no lo hizo y marcó el mejor sector de carrera. Los comisarios dieron parte y dirección de carrera la sancionó con un DT, que por algún motivo desconocido, se negó a cumplir hasta que fue marcada con la pertinente bandera negra que la excluía de la prueba.
La temporada 2013 fue endulzada con entrevistas de Carmen donde decía que no era surrealista que ella soñara con la Formula 1 al tiempo que sacaba pecho por sus tiempos en unos test privados con su “prototipo”, midiéndose a Formula Abarth y a F3 con motor Piedrafita.
Y como no hay dos sin tres, 2014. En esta ocasión Carmen entraba a formar parte del equipo Koiranen GP, equipo que había ganado carreras la temporada anterior. De nuevo Carmen prometió más preparación, incidiendo en la contratación del preparador que había llevado a Daniil Kvyat al título en la temporada anterior. Pero se volvió a repetir la historia. Es más, lejos de evolucionar, lejos de estar cada vez más cerca de la cabeza, típico de cuando se repite una actividad sin cesar, sus tiempos estaban más alejados.
Sus deficiencias estaban localizadas y eran bien sabidas por todos los miembros del equipo, y por supuesto, por ella misma. Sus piernas no ejercían la suficiente presión sobre el freno, y la musculatura de sus brazos le hacía perder eficiencia a partir de la cuarta vuelta de carrera. La solución pasaba por más horas de gimnasio, pero el exceso de musculatura hace que puedas perder cierto atractivo. Cuestión de prioridades.
Carmen no acabó la temporada sobre el vehículo. Con el embargo de los coches de Marussia y un retraso en los pagos, Koiranen no dudó en subir a Dean Stoneman a su vehículo. En cuatro carreras consiguió dos victorias y un segundo puesto, lo que provocó ciertas burlas a nivel internacional.
@willbuxton @TheDeanStoneman Mr Buxton, indeed, you were right. She's smiling! #RUSHia #F1Sochi pic.twitter.com/hfpiNHJ76f
— Koiranen GP (@KoiranenGP) octubre 10, 2014
Y esa es la realidad. Carmen no es respetada. Se ha tratado de aludir una y otra vez tanto a la envidia como al machismo, argumento que se caen por su propio peso cuando la fuente de las críticas es Michele Mouton o un amplio elenco de chicas piloto que se han mostrado fuertemente críticas con Carmen, señalando lo dañino de su figura para el motorsport femenino.
Y cuando digo que Carmen no es respetada, no me refiero a cuatro aficionados, me refiero a nivel general. Ingenieros, pilotos que han sido tanto rivales como compañeros, prensa internacional, personas que han trabajado cerca de ella. Únicamente la prensa afín, la que estos días publica declaraciones de la protagonista, es la que defiende los méritos de la piloto.
Carmen no es la primera ni será la última en llegar a la F1 sin el talento necesario, pero mientras otros dejan claro su papel, ella sigue intentando aparentar lo que no es. Chanoch Nissany llegó a la Formula 1 a base de talonario, llegando a disputar entrenamientos libres con desastroso resultado, pero el israelí jamás escondió que estaba ahí porque podía pagarlo y porque le divertía.
Y volvemos al meollo de la cuestión. El no decir las cosas como son, el mirar para otro lado por miedo a represalias, por miedo a que te nieguen una entrevista, a que te excluyan de eventos. Incluso el hacer mal tu trabajo. Alabar una remontada de Carmen Jordá, del 27 al 20, sin mencionar que fue la última piloto en pasar por meta, es al fin y al cabo ocultar la verdad. ¿Y todo esto a cambio de qué?
Evidentemente las ventajas son claras. Un trato de favor, el ser atendidos siempre que se requiera, las invitaciones a eventos, las invitaciones a circuitos… En el mundo del periodismo, como en otros muchos mundos, el ser pelota está excesivamente recompensado, muy por encima que limitarte a hacer tu labor lo mejor posible y ser honesto con tu audiencia. Consecuencia o no de mi forma de ser, no voy a pasearme de copiloto de Carlos Sainz en un deportivo, ni Audi o Mercedes me van a llevar a ver el DTM ahorrándome los gastos de viaje, como tampoco Toro Rosso me va a invitar a ver la fábrica de Faenza por dentro o Michelin a visitar la Formula E. Pero a cambio me puedo permitir el lujo de ser totalmente honesto con mi audiencia, sin temor a nada.
Y eso es lo que hago. Decir lo que pienso sobre Carmen Jordá, y además explicar por qué pienso lo que pienso, a pesar de que ello pueda resultar contraproducente. ¿Y qué pienso? Sinceramente, no me creo a ninguna de las dos partes. Ni me creo los 12’’ de Sorensen, ni me creo el 1’’ de Carmen, aunque si tuviera que decantarme por alguno de los dos, sería a favor del danés.
He visto a Carmen competir en múltiples categorías. F3, Indylight, LMP2, GP3… y en ninguna de ellas ha estado a solo 1’’ del más rápido. Ni de lejos. He visto a Carmen convertirse en la piloto con más carreras disputadas en la GP3 y aun así sufrir para bajar los 4’’ con el líder en clasificación. He visto a Carmen, en condiciones complicadas en el circuito de Spa-Francorchamps, rodar a 20’’ por vuelta de cabeza de carrera, salir el safetycar durante varias vueltas y no ser capaz de alcanzarlo, y entrar en boxes cuando el primer piloto la dobló. He visto a Fonsi Nieto, piloto de motociclismo, rebajarle los tiempos sobre un LMP2. He visto a Carmen perder 7’’ en un roadshow en el Calderón frente a un Villenueve en apenas dos minutos, a pesar de que el canadiense iba con un fallo en la caja de cambios. Con estos datos, lo que no me creo para nada, es que está a 1’’ de los tiempos de Grosjean, además de partir de la base de que estar a 1’’ de otro piloto no me parece motivo de alegría.
De momento, los test con el F1 que iban a llevarse a cabo la pasada temporada con Carmen sobre el monoplaza, no se han realizado. Desconozco el motivo y solo puedo lanzar hipótesis, así que invito a los lectores a que hagan lo mismo.