El Dallara GP2/11 iniciará en 2017 su séptima temporada de servicio como monoplaza de GP2, y será finalmente la última, tras dos extensiones de homologación. En 2018, cuatro años más tarde de lo inicialmente previsto, la principal categoría soporte de la Fórmula 1 empleará su cuarto chasis, el cual será presentado a lo largo de la próxima temporada y que estará diseñado también por Dallara. Sin embargo, las grandes cuestiones radican en el motor y los neumáticos.
Las especificaciones de neumáticos, así como el motor V8, se han mantenido prácticamente inalteradas desde la fundación de la categoría en 2005, y hasta 2013 se mantuvieron muy en línea con lo que los pilotos se encontrarían después en un Fórmula 1. Sin embargo, la adopción de los motores V6 turbo híbridos en 2014 y de neumáticos notablemente más anchos en 2017 por parte de la categoría reina condiciona las cuestiones de diseño del nuevo coche.
En declaraciones a Motorsport, el jefe de la GP2, Bruno Michel, ha comentado que la GP2 utilizará motores V6 turbo a partir de 2018, pero que los neumáticos seguirán con las especificaciones actuales para no afectar al habitual funcionamiento de las carreras de la categoría: "Probablemente optaremos por el motor V6 turbo, pero no estoy seguro de que usemos neumáticos más anchos. Estoy contento con las carreras que tenemos ahora, y no sé en qué dirección irían con ellos".
Michel aclara, eso si, que aunque las dimensiones sean diferentes, se mantendrá el mismo suministrador y se buscará un comportamiento similar: "La idea es que Pirelli siga ayudando a que (los pilotos) estén preparados para la Fórmula 1. Aunque no tengan las mismas dimensiones, tendrán el mismo tipo de degradación".
Asimismo, descarta el uso de tecnología híbrida ("Si quisiéramos usar híbridos, los costes escalarían masivamente, y es la última cosa que queremos hacer"), y mantiene que el coche será "más parecido a un Fórmula 1, eso seguro, porque cada tres años hacemos un coche que se parezca lo máximo posible. Después, la Fórmula 1 cambia cada año, pero nosotros no".
La delicada economía de los equipos de GP2 en el contexto actual, cuenta Michel, fue el principal razonamiento para retrasar un año más el nuevo coche. “Los pilotos están trayendo la mayor parte del dinero, y queremos asegurarnos de que hay suficientes pilotos con el suficiente dinero para hacerlo. Hacer que los equipos comprasen nuevos coches para 2017 habría sido un poco difícil. No digo que habría sido imposible, pero teníamos que ser cuidadosos, porque no hay mucho dinero en el mercado".