Para la temporada 2014 la Indycar da un nuevo giro de tuerca intentando hacer un campeonato más apetecible para los fans. Y es que en los últimos años el campeonato estrella del nuevo continente en cuanto a monoplazas se refiere estaba sufriendo en exceso con las audiencias y las asistencia a los circuitos, donde la NASCAR goza de una mejor salud.
Para ello, el promotor ha comprimido la temporada en apenas 5 meses, 15 eventos repartidos en 23 fines de semana comprendidos entre el 30 de Marzo y el 31 de Agosto. Una decisión que alarga la pretemporada y el periodo de no carreras en exceso, pero que asegura una temporada muy intensa sin apenas descanso, una estrategia empresarial que ya se usa en estados unidos en deportes como el Baseball o el fútbol americano y que es opuesta a deportes europeos como el fútbol o el mundial de Formula 1 o MotoGP, donde la tendencia es a alargar el máximo posible la temporada, incluso incluyendo periodo de vacaciones dentro de esta temporada.
En Indycar se pueden diferenciar tres tipos de circuitos. En primer lugar nos encontramos los circuitos ovales. Y es que no hay que olvidar que sigue siendo campeonato de una de las grandes carreras a nivel mundial, las 500 millas de Indianápolis. Este 2014 serán 6 las carreras que se correrán en circuitos ovales de las más variadas formas que van desde el rectángulo del mencionado Indianapolis, al círculo de Iowa pasando por el siempre llamativo triangulo de Pocono.
Una carrera en óvalo acostumbra a resultar aburrida para un aficionado europeo, al menos, hasta que son testigos de un gran final en este tipo de circuito, descubriendo sus bondades. Y es que si hay algo a lo que se prestan este tipo de circuitos son a finales muy ajustados en donde todo puede pasar y donde el más mínimo descuido acaba con el coche contra el muro a velocidades que suelen superar los 350 kilómetros por hora.
Como no solo de óvalos puede vivir el hombre, como ya demostró la extinta IRL (Indy Racing League) en Indycar Series también coexisten los circuitos convencionales o clásicos, haciendo hincapié en clásicos. Y es que en este campeonato podemos disfrutar de circuitos como Barber o Sonoma, circuitos estrechos con numerosos cambios de rasante que acostumbran a ser una delicia para los pilotos, aunque a menudo la dificultad para adelantar pueda dejar carreras algo monótonas.
Y el tercer tipo de circuito son los urbanos, trazados por las calles convencionales de las ciudades norteamericanas que comprometen a los pilotos debido al poco agarre del asfalto así como los numerosos baches, y que como en los óvalos, el más mínimo error acaba con el coche contra el muro. Circuitos que suponen un gran evento para la ciudad que los acoge y que suelen tener una respuesta positiva de los aficionados.
Desgraciadamente ya no podemos hablar de un cuarto tipo de circuitos, los montados en los aeropuertos, trazados sencillos de largas rectas y anchas donde las apuradas de frenada y los adelantamientos se producían vuelta a vuelta.
La variedad de trazados obliga a los pilotos a ser tremendamente completos si aspiran al título al final del campeonato, no pudiendo descuidarse en ninguno de los tipos de circuitos y que allá donde van se encuentran con especialistas a los que deberán batir, dando como resultado una sensación de espontaneidad e incertidumbre que ayuda a centrar la atención en el campeonato, una serie de circunstancias o factores que no se da en otro tipo de campeonatos a excepción, salvando las distancias, de los Rallye.
En cuanto al sistema de puntuación, el promotor desea que ningún piloto se descuelgue de la lucha por la general al mismo tiempo que busca recompensar a los ganadores, por ello tiene un sistema de puntuación típico norteamericano donde todos los participantes reciben una cantidad de puntos aunque no logren finalizar la carrera. Fruto de este sistema de puntos se pueden ver situaciones curiosas como la de que un piloto accidentando que haya conseguido reparar su coche vuelva a salir en pista para intentar completar más vueltas que rivales que no sigan en carrera y así sumar algunos puntos más.
El sistema premia con 50 puntos al ganador de la prueba, 40 al segundo y 35 al tercero, descendiendo de forma gradual hasta el vigesimoquinto puesto, que recibirá cinco puntos, como todos los que finalicen tras él. Además, como novedad este año, Indycar dará el doble de puntos a sus carreras de 500 millas, Indianápolis, Auto Club Speedway y Pocono, además de premiar la clasificación de las 500 millas con hasta 33 puntos al que consiga la gloria descendiendo hasta un solo punto para el último clasificado para la carrera.
En próximas entregas hablaremos tanto del vehículo, como de los pilotos que presentes en el campeonato.