Hace dos años Lorenzo se convirtió en la pieza clave y más deseada del mercado de pilotos, tanto que Ducati saltó la banca y fichó al mallorquín cuando era el vigente campeón del mundo de MotoGP con un sueldo astronómico.
Ahora, las cosas han cambiado considerablemente y, tras un complicado primer año que contrasta con la actuación de su compañero Dovizioso, la posición en el mercado no es la misma para el balear.
Lorenzo es consciente de que su valor de mercado se ha podido depreciar en los últimos tiempos, si bien recalca el palmarés con el que cuenta, uno de los mejores en MotoGP.
"Si hay resultados, mi valor será más alto y si no, pues costará un poco más", insiste Lorenzo. "La suerte que tengo es que mi palmarés es muy bueno y eso siempre ayuda. Lo único que me preocupa es ir rápido con esta moto y conseguir mi primera victoria lo antes posible. Del resto del trabajo se encargará mi mánager. No pierdo ni un minuto en pensar en ello".
Aunque el mercado de pilotos ha empezado antes que nunca y Yamaha ya tiene sus dos manillares ocupados hasta 2020 y Honda uno, el pentacampeón del mundo no se impacienta y asegura que su mente sigue en Ducati, con quienes aspira en convertirse en el quinto piloto de la categoría reina que gana el título con dos marcas diferentes.
"Mi prioridad es terminar lo que empecé, intentar ser el segundo campeón del mundo con Ducati. Para que eso ocurra, primero hay que ganar una carrera, luego la segunda, la tercera, la cuarta y, después, quizá, se luche por el Mundial", afirma.
A pesar del revés que supuso el abandono en Qatar en la primera carrera, Lorenzo asegura que sigue sintiendo el cariño de Ducati, como le demostraron en ese momento.
"Valoro mucho el hecho de que Dall'Igna después de la carrera se acercase a mí y estuviese una hora hablando conmigo en un momento de bastante de bajón. Soy una persona muy dura de cabeza que no necesito muchas palmadas en la espalda para seguir trabajando al máximo", zanja.