Las dos victorias consecutivas del mallorquín en Mugello y Montmeló, combinadas con la segunda plaza de Dovizioso en Italia y la caída sufrida en el Circuit, permiten que Lorenzo le iguale en la clasificación general, en la que ambos acumulan 66 puntos.
El sábado, cuando se le preguntó a Dovi por si otro triunfo de su vecino de taller haría que las jerarquías dentro de Ducati pudieran sufrir una alteración, el de Forli se medio ofendió.
Según el propio Lorenzo, los responsables de la escudería de Borgo Panigale le han asegurado que le piensan dar el mejor material hasta final de temporada, aún sabiendo que los dos próximos años correrá con Honda.
En eso, Márquez coincide con el que será su nuevo compañero en 2019, aunque el de Cervera (Lleida) también subraye que otra cosa bien distinta es la intensidad de las muestras de felicidad del taller de las motos rojas, cuando gana uno de sus pilotos o cuando lo hace el otro.
“Ducati es un equipo profesional, y cuando hay una fábrica detrás, da igual ganar con un piloto que con otro. Lo importante es ganar carreras y campeonatos, pero quizás la pasión es distinta. Yo he visto celebrar una victoria de Dovi y una de Jorge, y es otra película”, soltó Márquez, que según dijo al bajarse de su moto, por momentos le pareció ver al Lorenzo de la época de Yamaha.
Sobre el triple fiasco de Dovizioso en las cuatro últimas paradas del calendario –se cayó en Jerez, en Le Mans y en Montmeló–, al actual campeón le llama la atención la cantidad de errores que comete alguien que, al menos hasta el momento, pasaba por ser uno de los corredores más seguros de la parrilla.
“Es muy raro lo que le está pasando a Dovizioso: tres ceros en cuatro carreras y dos por errores suyos. Es un Dovi que no habíamos visto”, remachó el #93, que completada la séptima parada del calendario, amplía su ventaja al frente del Mundial hasta los 27 puntos sobre el segundo, que no es otro que Valentino Rossi.