El Circuit de Barcelona-Catalunya ha cedido ante MotoGP. De acuerdo con la información adelantada por ‘Motorsport’, el mítico trazado catalán llevará a cabo un reasfaltado completo del trazado y una ampliación de la escapatoria de la curva 12, lugar en el que Luis Salom perdió la vida durante el Gran Premio celebrado en 2016.
Así, Montmeló tratará de tenerlo todo listo para celebrar la edición de la prueba en 2018, después de que Carmelo Ezpeleta, CEO de Dorna Sports, empresa promotora del Mundial, comentase el pasado fin de semana en Sachsenring que, en caso de no realizarse las obras necesarias, el circuito se quedaría sin carreras, a pesar de tener contrato en vigor.
Además, durante el Gran Premio de este año, cabe destacar que los pilotos del campeonato tomaron la decisión de plantarse ante el descontento con la nueva chicane que se colocó para evitar el lugar del fatal incidente, y exigieron el regreso inmediato al trazado original, que tan especial hizo a la prueba, y un necesario reasfaltado para evitar la gran cantidad de baches provocados por otras competiciones, como la Fórmula 1.
De esta forma, se pone fin a una polémica que ha implicado a la Federación Internacional, los promotores, los pilotos y el circuito, y en la que se han lanzado acusaciones por varias partes, como falta de dinero por parte de Montmeló para acometer las obras, o la obligación por parte de los directivos a adoptar un trazado que causó tanto rechazo.