El de Yamaha no pudo pasar del sexto puesto en la carrera del Gran Premio de Catalunya celebrado el domingo, aunque en la segunda parte de la prueba mostró un ritmo cercano a los de delante. Una mala salida y unas malas primeras vueltas volvieron a condenar al catalán.
En el test de este lunes, Viñales hizo cambios en la ergonomía de su Yamaha para encontrar una mejor posición de pilotaje.
“Quería tener un poco más el cuerpo en el asiento para tratar de obtener más adherencia, pero al final la moto se movía mucho y era difícil de pilotar. Así que tengo que seguir con el mismo estilo, al final (del test) pude ser rápido y logramos pasarlo bien”, admitió Mack.
El domingo, tras la carrera, Viñales estaba visiblemente enfadado, este lunes parecía más contento.
“Sí, especialmente al final, cuando configuré la moto más a mi gusto pude hacer 10 vueltas en 1.39 con el depósito lleno. Ese fue el ritmo de carrera, el ritmo para ganar. Hacía mucho calor en la pista y patinaba un poco, pero los tiempos estaban ahí”, explicó.
Tras una jornada de test en la que Valentino Rossi dijo no haber “encontrado nada”, le preguntaron a Maverick qué había pedido a Yamaha para el futuro.
“Sobre todo tener una moto a mi gusto. Como ya dije este año, tal vez seguí la dirección opuesta a lo que yo a veces quería. Así que trataremos de configurar la moto a mi gusto, especialmente para las primeras vueltas”, que es donde más problemas tiene el de Roses.
Uno de los puntos críticos de Viñales es el tren delantero, sobre todo en la frenada.
“Sí, en la frenada. No consigo hacerlo funcionar, no logro que el neumático se coja al suelo, no logro hundirlo, no puedo frenar. Probamos distintas configuraciones y al final mejoró en ese aspecto”, zanjó el de Yamaha.