La saga continúa. Así lo ha demostrado Albacete Jr, que llegaba al mítico trazado madrileño como líder en la clasificación general gracias a unos resultados muy regulares durante toda la temporada, donde cabe destacar una pole position en la primera cita, un tercer puesto y una vuelta rápida en Navarra y dos cuartos puestos en el Circuito de Jerez.
En la Grand Finale, celebrada en el Circuito del Jarama, mismo trazado en el que comenzaba y se cerraba la copa, Albacete conseguía clasificarse en segunda posición de un total de 22 participantes, a tan solo 80 centésimas de la pole, marcada por Fulgencio. La primera carrera fue una continua sucesión de adelantamientos. El público de las curvas de Le Mans y Farina, expectante de lo que pudiera suceder, se alzó en pie durante toda la carrera, en la que se vivieron momentos de lucha cuanto menos emocionantes. Fulgencio ganaba la carrera, seguido de Tony Albacete, que marcó la segunda mejor vuelta en carrera, relegando a Ángel Rodríguez a la tercera posición.
La segunda manga, sin el título definido aún, fue incluso más intensa que la primera, ya que hasta cuatro pilotos tenían opciones en la lucha por el título de la primera edición de la copa monomarca. En cada vuelta los cambios de posición eran constantes, tanto en cabeza de carrera como en al final del pelotón. Finalmente el pódium de la misma estuvo formado por Fulgencio, Amorós y Albacete Jr, quien mediante una estrategia conservadora logró proclamarse campeón.
Tras el podio, llegaban las muestras de cariño hacia el piloto, las fotografías, las conversaciones y la atención a la prensa. El hijo del tricampeón de Europa de carreras de camiones aprovechó para agradecer al equipo, patrocinadores y familia el esfuerzo realizado durante toda esta intensa temporada. El madrileño incluso se atrevió a comentar sus planes de futuro, mostrando su interés en el Campeonato de España de Turismos, en el que ya compitió su padre, y que se relanzará la próxima temporada tras muchos años de ausencia.