Solo siete LMPC tomaron la salida de las 12 horas de Sebring. Los coches habían sido vitaminados para evitar que pasaran los apuros que sufrieron en Daytona, dónde no podían con los GT’s. Además, el plantel de pilotos había sido mejorado y presentaba un nivel más que aceptable en la mayoría de los vehículos.
Aunque una vez más, se demostró que la resistencia se le queda grande a estos anticuados coche de copa monomarca. Realmente todos sufrieron diversos contratiempos en distintos puntos de la carrera. Quién hizo un mejor trabajo a principio de carrera fue el equipo Core autosport de Jon Bennet, Colin Braun y James Gue, quiénes con un ritmo envidiable aprovecharon los fallos de los prototype para lograr rodar en tercera posición absoluta.
Pero el equipo CORE Autosport no pudo mantener el ritmo, y fue adelantado por el PR1 de Guasch/Palmer/Kimber-Smith, que en carrera sí pudieron mostrar el ritmo que mostraron en entrenamientos pero que no fueron capaces de sacar en clasificación, especialmente en manos del británico Tom Kimber-Smith. El equipo PR1 se llevaba la victoria tras aventajar al CORE Autosport en 11’’ sobre la línea de meta.
Fantástico trabajo el de Conor Daly a bordo del Performance Tech Motorsport. El piloto estadounidense, que hacía pareja con Jerome Mee y James French tuvo un ritmo espectacular, marcando continuamente vueltas rápidas, y únicamente un mal relevo le impidió llevarse la victoria, teniendo que conformarse con el tercer puesto con una vuelta perdida.
El resto de participantes de la categoría sufrió diversos problemas, incluido los favoritos como el Starworks de Regner Van der Zande o el RSR Racing de Cumming/Junqueira/Menezes. Afortunadamente para la carrera, únicamente el equipo JDC sufrió una salida de pista sin consecuencias, y el equipo BAR1 un accidente contra el muro cerca del ecuador de la carrera que en este caso sí obligó al abandono del vehículo dónde estaba Martin Plowman.