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En 1973 la marca Porsche junto con el equipo Penske desarrollaron una nueva versión del 917 para correr en el Can Am, la competición de sports prototipos americana más prestigiosa de la época. La categoría había estado dominada prácticamente desde sus inicios por la marca McLaren, aunque con motores Chevrolet. Entre el propio Bruce McLaren, Denny Hulme y Peter Revson se repartieron los campeonatos entre 1967 y 1971 dominando con autoridad.
Un año antes, en 1972, Penske Racing ya se convirtió en el primer equipo en ganar el Can Am con un coche no propulsado por motor Chevrolet, en este caso fue con un Porsche 917/10. Para el año siguiente se rediseñó una unidad de ese vehículo, creando el Porsche 917/30, el prototipo más poderoso jamás creado.
Primeramente, se trabajó en el aspecto aerodinámico, haciendo una carrocería más estilizada y con un mejor flujo del aire. La distancia entre los ejes se aumentó también, para poder acoger una de las mayores obras de la ingeniería jamás creada.
El motor bóxer biturbo del Porsche 917/30 de 5.374 centímetros cúbicos rendía una potencia de 1.580 caballos con los dos turbos funcionando a 2.7 bares de presión. Esto sumado a su peso de apenas 820 kilogramos hace que su relación peso/potencia sea de 1.967 caballos por tonelada. El problema de este descomunal motor era que solo podía rodar con los turbos funcionando al máximo en clasificación, teniendo que reducir la potencia a 1.100 caballos y 7.800 revoluciones por minuto en carrera para conservarlo. La velocidad máxima estimada era de 400km/h mientras que la aceleración de 0 a 100 era de a penas dos segundos. El dato más increible es que el coche alcanzaba los 320 km/h en poco más de 13 segundos.
Mark Donohue participó con este coche en la temporada 1973 del Can Am junto al equipo Penske. En su carrera de debut, en Mosport, consiguió solo una séptima plaza por detrás de su modelo anterior, el 917/10 de Charlie Kemp. El rendimiento mejoró para la carrera de Road Atlanta, logrando la pole con un tiempo de 1:12.9 siendo solo 6 segundos más lento que la vuelta rápida de los LMP1 modernos, y acabando la prueba en segunda posición.
A partir de ese momento el Porsche 917/30 se volvió imbatible, ganando las 6 carreras restantes en Watkins Glen, Mid-Ohio, Road América, Edmonton, Laguna Sega y Riverside, ganando así el campeonato por 77 puntos. Fue tal el dominio del equipo Penske que McLaren, que habían dominado los años anteriores, abandonaron la competición para centrarse en la Indy500 y la Fórmula 1 ya que no podían hacer frente a los motores turbo de Porsche.
La temporada siguiente, el dominio del 917/30, la crisis del petróleo y diversos accidentes como el de Roger Williamson en Zandvoort hicieron a los organizadores limitar el consumo de los vehículos a 78.4 lítros cada 100 kilómetros. Por culpa de esto el 917/30 solo disputó la primera carrera de la temporada sin puntuar. La mayoría de los equipos privados dejaron de estar interesados en el coche y volvieron a usar los antiguos 917/10 y 908.
El coche no se volvió a utilizar hasta 1975, cuando Mark Donohue intentó batir el récord de velocidad de la época en un circuito cerrado. Con una versión modificada del 917/30 preparada para la ocasión, el piloto norteamericano se adentró en el óvalo de Talladega para batir la marca de 350 km/h. Después de varios intentos, lo consiguió, parando el velocímetro en 355.8 km/h. Desafortunadamente, Donohue falleció diez días después por las secuelas de un accidente en los libres del Gran Premio de Austria de Fórmula 1.
Entre sus logros está haber conseguido un podio en el Gran Premio de Canadá de 1971 y haber ganado las 500 millas de Indianápolis de 1972. Pero sin duda será siempre recordado por ser el valiente piloto que domó al Can Am Killer y que lo llevó a lo más alto en seis carreras, aparte de conseguir con dicho coche el récord de velocidad en circuito cerrado.
Se construyeron seis chasis del 917/30 pero solo dos de ellas llegaron a correr en competiciones oficiales. El chasis 001 es propiedad de Porsche y se utilizó para pruebas ya que tenía una distancia entre ejes variable. Los números 002 y 003 fueron propiedad de Roger Penske y son los únicos que llegaron a correr. Actualmente uno de ellos está expuesto en el museo Porsche de Stuttgart mientras que el otro es propiedad de la colección Setton. Los otros tres coche restantes, del 004 al 006 están repartidos entre dos colecciones y un propietario privado en Suecia. La única manera de ver a esta bestia rodar por un circuito es en el Festival de Goodwood o en reuniones de clasicos como el GP histórico de Zandvoort.
Será difícil que historias como la de este coche vuelvan a repetirse. ¿Una maravilla de la ingeniería o una auténtica locura? Lo que sí está claro es que el Porsche 917/30 es de momento el prototipo más potente jamás creado.