Acostumbrados al continuismo, a veces extremo, con el que muchas marcas suelen renovar sus modelos, es de agradecer que otras como Citroën apuesten por diseños atrevidos y alegres. El C4 Cactus fue el abanderado de la revolución que va a sufrir Citroën, a la que se suma ahora el Aircross.
Todavía en formato de concept, este nuevo SUV de 4,56 m de largo con una batalla de 2,8 m se asienta sobre la plataforma modular EMP2 de la marca, y está llamado a sustituir al poco exitoso C4 Aircross. Y para que esta vez su SUV medio se convierta en un superventas, le han dotado de un diseño muy llamativo.
El Aircross vuelve a adoptar unos faros a doble altura como ya hicieran los C4 Picasso y C4 Cactus, solución arriesgada pero que está gustando mucho. Los famosos AirBump del Cactus han evolucionado hacia los AlloyBump, protectores de la carrocería que esta vez se encuentran en la zona donde se situarían las taloneras para protegerlo de posibles golpes por el campo.
La originalidad continúa con un acristalamiento que oculta pilares y marcos, logrando una homogeneidad rota por el marco metálico de la ventanilla trasera. Dadas sus suaves formas, no hay lugar a aristas y líneas de tensión, pero los pilotos con efecto 3D se las arreglan para destacar, incrustándose en la propia carrocería.
Viendo lo poco que cambió el Cactus en su paso a la producción, es de esperar que el Aircross Concept tampoco sufra grandes alteraciones, aunque elementos como las artísticas llantas de 22 pulgadas no llegarán tal cual.
Seguramente tampoco lo hagan sus puertas traseras de apertura suicida, y habrá un pilar B aquí inexistente. Solución muy típica de los concept que nos deja ver completamente su interior.
El del Aircross llama la atención por sus futuristas y amplias butacas y su sencillo salpicadero, que como en el Cactus, prescinde de botones para dejarlo todo en manos de las dos pantallas digitales. Estas tienen 12 pulgadas y cuentan con la novedad de que la central puede desplazarse hasta colocarse frente al pasajero, por si este la quiere utilizar, por ejemplo, para ver una película.
La mecánica de este concept está formada por un conjunto híbrido enchufable, que combina el motor 1.6 THP de 218 CV y 275 Nm con uno eléctrico de 95 CV y 200 Nm. Con el motor térmico moviendo el eje delantero y el eléctrico el trasero, se consigue un sistema de tracción integral que consume de media 1,7 l/100 km.
Y es que el coche dispone de una autonomía en modo eléctrico de 50 km, gracias a la energía almacenada en las baterías de ion-litio que pueden recargarse en 3 horas y media en un enchufe convencional. Eficiencia que no deja de lado las prestaciones, ya que la aceleración de 0 a 100 km/h se hace en apenas 4,5 segundos.
De momento es solo un concept, pero el futuro de Citroën pasa por él.