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Si lanzamos la vista atrás hasta el verano del 2018, un tiempo antes de que Fernando Alonso comunicase su retirada de la F1, recordaremos que Daniel Ricciardo era el candidato a ocupar el puesto de Carlos Sainz en Renault, mientras que en McLaren tenían en mente el fichaje de Esteban Ocon como una de las opciones más viables para completar la vacante que quedaba libre.
En este momento, es cuando Alonso entra en acción, influyendo sobre Zak Brown (director ejecutivo de McLaren Racing) para que Sainz fuese piloto de McLaren para la temporada del 2019, acompañando a Lando Norris. Esta buena acción fue realizada por Alonso por generosidad y amistad, ya que él sabía que Carlos es un diamante en bruto sobre el que pulir y reedificar un equipo que en ese momento afrontaba una de las peores épocas de su historia.
Al cabo de unos meses, Sainz demostró de lo que era capaz, fruto de su esfuerzo le llevo a convertirse en el piloto revelación de la temporada con muy buenos resultados, aproximándose al podio en muchas carreras, esto situó a McLaren en el puesto número cuatro del Mundial incluso teniendo un motor menos potente que el de Renault.
Cabe decir, que nadie le ha regalado este puesto a Carlos, ya que su dedicación, compromiso, esfuerzo y trabajo por los pequeños detalles ha hecho que pueda escalar en su profesión. Muchas opiniones recalcan que Sainz aún no está preparado para ser piloto de Ferrari, pero él afirma que en su mente ahora mismo lo más importante es seguir teniendo sus principios activos en todo momento para así demostrar sus grandes virtudes.
Carlos debe agradecer a Alonso, que sin su intervención en el momento crítico, esta oportunidad no le hubiera llegado, al igual, que al piloto asturiano no le hubiese ido tan bien durante el Dakar sin la dedicación de Carlos padre e hijo sobre él, realizando clases particulares de rallye y conducción “Off Road”.