Tras el anuncio de la contratación del joven promesa Charles Leclerc en Ferrari para 2019, él mismo se ocupó de dar las gracias en un comunicado que compartió en sus redes sociales donde agradeció al equipo italiano pero especialmente a su padre fallecido hace poco más de un año, Herve Leclerc, y a su mejor amigo y mentor, Jules Bianchi.
Charles escribió: "Gracias a una persona que ya no es parte de este mundo pero a quien le debo todo lo que me está pasando, papá. A Jules, gracias por todo lo que me enseñaste, nunca te olvidaremos, ni olvidaré a todas las personas que me apoyaron y creyeron en mí". Y es que hablar de Leclerc implica hacer referencia al fallecido piloto Jules Bianchi, quien era el llamado a ocupar el puesto de Raikkonen cuando el finés se retirara, pero su fatal accidente el 5 de octubre de 2004 cuando corría el GP Japón sobre mojado y Jules impactó a alta velocidad su Marrusia contra una grúa que estaba mal ubicada dentro de la pista y antes de las defensas impidió que las cosas ocurrieran como estaba planeado. El francés resistió por meses pero falleció el 17 de julio de 2015.
En su momento, y tras el duro golpe que significaba perder a su mejor amigo, Charles aseguró: "Nunca lo superé. Quizá nunca lo haga. Pero nunca tuve ninguna duda acerca de continuar. Todo lo que siempre he querido ha sido correr".
Hace poco más de un año, en junio de 2017 Charles se llevaba otro duro golpe, la muerte repentina de su padre a quien no pudo llorar más de un día pues le tocaba cumplir con los compromisos del GP Bakú, Herve Leclerc tambipen fue piloto y le enseñó mucho de lo que hoy por hoy convierte al monagesco en piloto de uno de los equipos más importantes en la historia de la Fórmula 1. Charles recordaba cómo su padre siempre estuvo presente: "Le decía a mi padre que estaba malo para ir a la escuela y le hacía llevarme al karting. Pilotaba hasta que me quedaba sin combustible y después me iba a casa diciendo 'esto es lo que quiero hacer'"