Desde que Max Verstappen dio el salto a Red Bull en 2016, su principal objetivo era y es convertirse en campeón del mundo. Desde aquel entonces, el equipo austriaco no había estado en una posición viable para proporcionarle un monoplaza ganador con el que optar a esta meta. Después de media década, la espera ha valido la pena, el RB16B está a la altura para luchar cuerpo a cuerpo contra Mercedes e incluso estar por delante.
Esta es la primera oportunidad de su trayectoria en F1 de alzarse con el título, aunque sea su sueño y dará todo en las últimas carreras, no está preocupado en el caso de que no lo consiguiera. Como la igualdad es máxima con Lewis Hamilton en cada Gran Premio, el neerlandés no quiere cargar con más presión, dará el máximo, pero es consciente de que hay otros factores que entran en juego. Lo que tiene claro es que si la fortuna está de su lado y el coche sigue siendo competitivo, el título irá hacia su lado. Y si no lo lograra, como dice él mismo, no es una situación de vida o muerte.
"La gente se toma la Fórmula 1 demasiado en serio a veces, como una situación de vida o muerte, para mí nunca ha sido el caso y nunca lo será. Sé que si mi coche es lo suficientemente rápido hasta el final de la temporada, ganaré el campeonato y si no probablemente no lo gane. Al final del día, no cambiará mi mundo. Obviamente mi objetivo es ganarlo, pero necesitas tener suerte, el coche correcto y estar en el momento correcto. Siempre intento dar el máximo que puedo, pero no hay presión extra y eso me tranquiliza", ha concluido el joven de Red Bull en una entrevista en el New York Times.