El nivel de espectáculo en la carrera de Austin ha sido sublime desde la salida hasta la bandera a cuadros por los diferentes sucesos que tuvieron lugar en las 56 vueltas. Una vez se apagaron los semáforos, la arrancada de Carlos Sainz no había sido óptima, lo que permitió a Max Verstappen arrebatarle el liderato en los primeros metros. Cuando los líderes llegaron a la curva 1, George Russell se había pasado de frenada y colisionó contra el monoplaza del español, provocando que la participación del primero de los Ferrari llegara a su fin. Ante este incidente, el británico fue penalizado con cinco segundos.
A partir de ese momento, hubo un periodo de luchas en cabeza, en la zona de puntos y también en la parte baja del pelotón hasta que empezó el baile de los mecánicos en el pit lane. La mayoría de los coches ya tenían neumáticos nuevos, pero el punto de inflexión de la carrera tuvo lugar en la vuelta 18, cuando Bottas perdió el control de su Alfa Romeo y quedó atrapado en la escapatoria de grava de la curva 19. Como no podía escapar de esta, el coche de seguridad entró en escena, cuyo suceso vino de perlas para aquellos que no habían parado, siendo el caso de Leclerc, Vettel, ambos Alpine y Haas. Cuando ya se había retirado el monoplaza de Bottas, la bandera verde volvió a ondear.
Una vuelta después de la relanzada, Alonso tenía un ritmo competitivo al contar con gomas nuevas, por lo que intentó adelantar a Lance Stroll en la recta más larga del circuito, pero el canadiense se movió hacia la izquierda en el momento equivocado, ambos pilotos colisionaron y causó un accidente impactante. Las ruedas delanteras del Alpine se despegaron del suelo y el bicampeón impactó contra el guardarraíl. Su monoplaza estaba dañado, pero no lo suficiente para que abandonara. Eso sí, estuvo obligado en entrar en boxes para cambiar el alerón delantero y esto hizo que cayera a las últimas posiciones. Por el lado del canadiense, su alerón trasero quedó destrozado, trompeó y, por suerte, los coches que venían por detrás lograron esquivar al Aston Martin que estaba en mitad de la pista. Como es lógico, el coche de seguridad salió del pit lane por segunda vez.
Diez giros después de la segunda relanzada, Verstappen, que encabezaba el pelotón, entró en boxes para montar neumáticos nuevos y llegar hasta el final. Sin embargo, el cambio de la rueda delantera izquierda fue terrible, el piloto estuvo detenido durante 11,1 segundos y esto provocó que Leclerc le adelantara en el pit lane y Hamilton, que estaba luchando contra el neerlandés por la victoria, también le superase y se convirtiera en el nuevo líder de la carrera a falta de 15 vueltas. Cuando Max salió del pit lane, era consciente de que el primer puesto se le estaba escapando, por lo que fue una auténtica bestia en pista. Primero se deshizo del monegasco en la segunda oportunidad que tuvo y luego puso el punto de mira en Hamilton, que estaba a cinco segundos. Su ritmo era vertiginoso, la distancia cayó en picado y el piloto de Red Bull adelantó al Mercedes sin contemplaciones en el giro 50.
Con la primera posición decidida, las miradas estuvieron puestas en Fernando Alonso. El único español en pista estaba haciendo una remontada legendaria desde el final del grupo, fue escalando a buen ritmo y fue capaz de entrar en la zona de puntos, cuando la carrera parecía perdida. Sus brazos no bajaron en ningún momento, siguió luchando y consiguió situarse sexto, por detrás de tres mejores equipos. Aunque sus últimas vueltas no fueron sencillas porque Norris venía a gran velocidad, le estuvo presionando, pero las posiciones no cambiaron. Hasta que en el último giro, el McLaren adelantó al español y le arrebató el sexto lugar.
Después de 56 vueltas, Verstappen se alzó con el triunfo, Hamilton finalizó segundo y Leclerc completó el podio. Por detrás, Pérez acabó cuarto, Russell quinto, Norris sexto, Alonso séptimo, Vettel octavo, Magnussen noveno y Yuki Tsunoda cerró el Top 10.