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Toyota, Honda y Nissan se han reunido en Suzuka para desvelar todos a una sus coches GT500 para la temporada 2020, que contarán ya con la normativa Class One compartida con el DTM. Los tres coches han sido mostrados a la vez, reuniendo a tres coches míticos en la historia del campeonato: el Nissan GT-R (sucesor del Skyline GT-R), el Honda NSX y el Toyota GR Supra.
Este GR Supra, que ya ha sido visto en algunas partes de Japón en días previos, supone el retorno no solo del modelo deportivo al SuperGT, sino también el retorno de Toyota después de una década en la que Lexus ha tomado su lugar con diferentes modelos de competición (logrando varios campeonatos por el camino). El Supra GT500 muestra un aspecto mucho más competitivo que el modelo de producción en serie así como el Supra GT4 de carreras cliente, aún en fase de prototipo, lo que hace una idea del nivel de los coches del SuperGT y de los nuevos Class One.
Quizás la novedad más importante a nivel técnico reside en el Honda NSX-GT ya que se trata de un coche con motor delantero, como dicta la normativa de Class One: esto es un cambio destacado ya que todos los NSX hasta ahora (tanto el actual como el modelo original que data de los años noventa), desde los coches de calle hasta las versiones de competición GT3 y los de SuperGT, han sido motor central, con la diferencia que supone en términos de comportamiento y reparto de peso en el bólido.
En lo que respecta al Nissan GT-R, los cambios no son tan drásticos ya que de entrada era un coche con motor delantero y Nissan ya se había pasado del motor V6 atmosférico al motor turbo en años anteriores, del mismo modo en que los coches actuales del DTM ya montan propulsores turboalimentados. Llama mucho la atención el paquete aerodinámico del coche con siete aletas en cada lateral para desviar el flujo de aire.