A falta de una hora para el final, todo hacía presagiar una victoria del monoplaza #7 de Toyota hasta que a Fernando Alonso le sonrió la suerte. Un pinchazo inesperado llevó a que el piloto español, junto a sus compañeros Sebastien Buemi y Kazuki Nakajima, a llevarse la victoria en las 24 horas de Le Mans. El triunfo en la prueba llevaría a que se convirtiesen matemáticamente en vencedores del Mundial de Resistencia 2019.
La mala suerte se cebó con Pechito López ya que fue el piloto a bordo del monoplaza que sufrió el pinchazo, obligándole a reducir el ritmo y viendo cómo se le escapaba el triunfo tras haber liderado la carrera desde el inicio. La situación se hace más complicada de digerir para los pilotos cuando el fallo había sido erróneamente detectado por el sensor de Toyota: cambiaron la rueda delantera derecha cuando el problema estaba en la trasera.
Nakajima se cubriría de gloria al adelantar al otro monoplaza de Toyota e ir camino de la victoria. Pechito López trató de recortar la distancia, pero las diferencias eran insalvables en ese punto de la carrera. A modo de curiosidad, Toyota dio orden de no correr riesgos cuando restaban 15 minutos para el final y todo estaba visto para sentencia. No siempre gana el mejor y en carreras tan largas de este estilo debe mantenerse la concentración hasta que se vea ondear la bandera a cuadros. Lección aprendida de cara al futuro y nuevo triunfo en el palmarés de Fernando Alonso.
Por otro lado, poco movimiento habría en GTE-Pro ya que el Ferrari #51 se llevaría una trabajada victoria por delante de los Porsche #91 y #93. Tampoco se produciría más movimiento en los GTE-Am al confirmarse el triunfo del monoplaza #85 de Keating Motorsport, que solo tuvo que aflojar el ritmo en los instantes finales para evitar riesgos y confirmar un importantísimo triunfo.