Aston Martin no tiene la capacidad de algunos de sus competidores para estar a la última en plataformas o motores, pero precisamente por ello, aprovecha cada oportunidad para poner al día sus monturas. Y aunque el Vanquish es un modelo de última hornada y el Rapide fue recientemente renovado (y apellidado S), acaba de hacerles un repaso a ambos.
La razón de ser de esta actualización tiene nombre propio, Touchtronic III. Así se denomina la nueva caja de cambios automática de 8 velocidades desarrollada por ZF, más ligera, rápida y eficiente que la anterior. Con la que no solo se consiguen reducir consumos y mejorar prestaciones, también una conducción más placentera.
Ya metidos en faena, se ha aprovechado para revisar la gestión del motor V12 de 6.0 litros. Estos cambios se reflejan en unas cifras de potencia ligeramente diferentes, anunciando 560 CV (+ 2 CV) en el Rapide S y 576 CV (+ 3 CV) en el Vanquish. El nuevo conjunto formado por motor y caja logran una reducción en los consumos en torno al 10% y, una mejora notable en las prestaciones, que en el Vanquish cupé salta a la vista con sus 324 km/h de punta y su 0 a 100 km/h en 3,8 segundos (antes 295 km/h y 4,1 segundos).
Como es habitual en estos repasos, se han reajustado elementos como las suspensiones (con unos amortiguadores más rígidos), los frenos cerámicos y el tacto de la dirección. Lo mismo que el sistema de escape y los controles electrónicos.
En el plano estético, unas nuevas llantas forjadas de 10 radios, el color exterior Diavolo Red y nuevos tapizados, acompañan a esta revisión. Tampoco se podía esperar más en unos modelos muy actuales, aunque con un aire familiar muy marcado que algún día tocará revisar en profundidad.