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Bentley ha anunciado una variante más deportiva del Flying Spur, el Flying Spur V8 S que se centra en las cualidades de mayor rendimiento de la marca sin alejarse del lujo y el confort característico de sus modelos. El Flying Spur V8 S será mostrado en el Salón Internacional del Automóvil de Ginebra.
Con respecto al V8 normal, el motor 4.0 Biturbo pasa de 507 a 528 caballos de potencia y 680 Nm de par máximo. Su 0-100 ha mejorado en tres décimas, alcanzando la cifra en 4,9 segundos mientras se dirige a los 306 kilómetros por hora de velocidad máxima que asegura la marca británica.
Pese a la descomunal potencia, la autonomía del Flying Spur es otro de sus puntos fuertes con 837 kilómetrosantes de tener que repostar. Sus cifras oficiales de consumo homologado de combustible y emisiones son de 10,9 litros a los cien y 254 gramos por kilómetro de CO2. Ahora bien, gracias al sistema de desplazamiento variable se pueden desconectar cuatro de los ocho cilindros al pasar a velocidad de crucero.
“El Flying Spur sigue combinando como ningún otro un confort inmejorable y una espectacular capacidad dinámica. Es, sin duda, la elección perfecta para aquellos conductores que busquen disfrutar de una conducción llena de emociones y fuerza, acompañada del máximo refinamiento”, declara Wolfgang Dürheimer, presidente y director ejecutivo de Bentley.
También se ha revisado la transmisión (equipa una caja de cambios de ocho marchas) y la respuesta del acelerador, de modo que pueda ofrecer potencia incluso a bajas revoluciones. Fiel a la filosofía de diseño de Bentley, la tracción total distribuye el par en una proporción 40:60 a favor del tren trasero.
Otro aspecto con novedades en el V8 S es la nueva suspensión (la delantera es neumática de doble horquilla y la trasera es trapezoidal con varillas de conexión múltiples), que mejora tanto el manejo del vehículo como el control sobre la carrocería. Ahora bien, los modelos vendidos en Alemania, Austria y Suiza no cuentan con las novedades de suspensión, sino que montan la del V8.
Aunque se trata de un vehículo más deportivo que el V8, no llega al nivel de prestaciones que otorga el buque insignia de la marca, el W12. Las rejillas negras, llantas de veinte pulgadas (con unas de veintiuno como opción extra) y el interior deportivo – volante de tres radios y una combinación de color exclusiva, entre otros aspectos – completan un carácter que se asemeja al Continental GT V8 S.