En una reciente entrevista concedida a Car&Driver por Wolfgang Dürheimer, actual CEO de Bentley, este ha comentado los planes de futuro sobre las motorizaciones de los coches británicos y como se esperaba, los motores híbridos y los diesel tendrán su protagonismo.
A diferencia de sus compatriotas de Rolls-Royce, que hace un par de semanas dejaban claro que no habría motores diesel en su gama (no por ellos, sino por el rechazo de sus clientes), en Bentley ya les abren las puertas. Aunque en sus principales mercados, EE.UU. y China, las ventas de los diesel iban a ser testimoniales, en Europa saben que pueden ser bien recibidos y más con la llegada del SUV.
El propulsor elegido será un V8 TDI de origen Audi con unos 400 CV de potencia, pues aunque el poderoso V12 TDI que monta el Q7 sería una opción más acorde con los modelos de la B alada, este no se está vendiendo demasiado bien y además será retirado en breve por sus emisiones.
Los propulsores con un sistema híbrido también están en su lista de objetivos, una forma relativamente sencilla de rebajar las cifras de emisiones y de ganar potencia sin cubicajes colosales. De hecho el V8 de 6.75 litros tiene los días contados y será retirado con el fin de la gama Mulsanne, si no antes.
Pero que nadie piense que se acabaron los grandes motores de gasolina, ya que según ha afirmado Dürheimer los V12 seguirán teniendo un papel protagonista. Habrá Bentley para todos los gustos.