Al Bentley Mulsanne acaba de salirle competencia directa en su propia casa, el nuevo Flying Spur. Esta nueva berlina derivada de la plataforma del Continental GT es más corta que el Mulsanne (a pesar de sus 5,30 metros de largo es 28 centímetros más pequeña), pero es el coche de 4 puertas más potente jamás fabricado por Bentley.
En la casa de la B alada no se han complicado la vida y le han metido su motor W12 en configuración de 625 CV (la misma de los GT Speed). Acompañado por supuesto del cambio automático de 8 velocidades y el sistema de tracción total.
Las prestaciones son las mejores conseguidas nunca por una berlina de Bentley, haciendo que el Flying Spur pueda presumir de ser capaz de llevar a sus cinco pasajeros (también puede configurarse para cuatro) hasta los 322 km/h. Todo con una aceleración de 0 a 100 km/h de auténtico deportivo en 4,6 segundos y un consumo medio de 14,7 l/100 km, que en coches como este queda en un segundo plano.
Con sus llantas de 19 pulgadas, que opcionalmente pueden ser también de 20 y 21 pulgadas, se consigue la pisada firme que se espera de un coche como este. Ayudado en todo momento por la amortiguación adaptativa, que además de su dureza cambia su altura en función de la velocidad.
Aunque en su futuro SUV Bentley arriesgó mucho en su diseño, con el Flying Spur ha ocurrido todo lo contrario. No hay nada revolucionario en su aspecto ni por dentro ni por fuera, todo sigue una evolución natural que lo mantiene como un coche distinguido que rezuma clase por sus cuatro costados. Justo lo que busca su propietario.