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Bentley ha creado una nueva encarnación de uno de sus modelos más longevos, el Mulsanne, presentándolo en la edición 2016 del Salón Internacional del Automóvil de Ginebra. Su gama cuenta con tres modelos: el normal, el deportivo Speed y la versión larga con 250 milímetros extra de espacio en la parte trasera.
El apartado mecánico no sufre variación alguna tanto en el modelo normal como en el Speed: el V8 6.75 continúa con sus 505 caballos de potencia, acoplado a una caja de cambios de ocho velocidades, alcanzando el 0-100 en 5,1 segundos y una velocidad máxima superior a los 300 kilómetros por hora. El Speed mejora las cifras hasta los 530 caballos, 0-100 en 4,8 segundos y una punta de 316 kilómetros por hora, según apunta el medio Top Gear.
Las novedades son sobre todo externas: nuevos faros traseros, una parrilla de acero inoxidable ocho centímetros más ancha que el anterior Mulsanne, faros LED, parachoques de una pieza y un capó nuevo. También el paragolpes trasero ha sido rediseñado en el nuevo Mulsanne.
La comodidad es el principal atractivo de este Bentley y, para reforzar ese aspecto, las monturas del motor y las suspensiones (neumáticas tanto delante como detrás) se han trabajado para reducir las vibraciones. A ello también contribuyen los neumáticos, pensados para absorber el ruido.
La caja de cambios del Speed ha sido recalibrada para dar un rendimiento aún más deportivo, mientras que la suspensión cuenta con un modo ‘Sport’ que agudiza la dirección y configura los reglajes para volver al vehículo más rígido (además, los pedales de aleación portan un diseño agujereado para ser aún más ligeros). Ahora bien, el Speed tampoco deja los lujos a un lado, con pintura exclusiva en el exterior y con detalles de diamantes en los asientos.
