Existen desde hace décadas, pero hacía tiempo que los muscle car no gozaban de una popularidad como la actual. Con Corvette y Mustang ampliando sus mercados y con el Dodge Challenger SRT Hellcat cerrando pedidos porque no da abasto con la producción, el Camaro ha elegido un momento ideal para presentar su sexta generación.
A primera vista puede parecer que es solo una evolución del anterior, pero es un coche completamente nuevo. Es más pequeño en todas sus cotas, especialmente en longitud, donde ha perdido casi 6 cm hasta quedarse en los 4,78 metros, con una batalla de 2,81 m. Y también es más ligero (hasta 90 kg según la versión) al emplear aluminio y aceros más resistentes, que además aumentan su resistencia a la torsión un 28%.
Las 350 horas que ha pasado en el túnel de viento lo han vuelto más aerodinámico, haciendo fluir el musculoso diseño de su predecesor hacia formas más dinámicas. Sin perder en ningún caso su identidad y ese aroma a testosterona que desprende y que se incrementa en las versiones SS, con detalles como llantas de 20 pulgadas, faldones específicos y salidas de ventilación en el capó.
Para poder luchar de tú a tú con todo tipo de rivales, Chevrolet lo ha dotado de una nueva suspensión McPherson delante y multibrazo detrás, que puede contar con amortiguadores activos Magnetic Ride. Frenos Brembo con discos de 345 y 338 mm delante y detrás (de serie en los SS y opcionales en el resto), dirección revisada y selector de modos de conducción.
Tres serán las motorizaciones disponibles, partiendo con un nuevo 2.0 Turbo de 4 cilindros y 275 CV que promete un consumo medio inferior a los 8 litros. En la zona media se sitúa un 3.6 V6 atmosférico de 335 CV, mientras que el tope de gama sigue siendo el V8 de 6.2 litros con 460 CV. Tanto el V6 como el V8 cuentan con desactivación selectiva de cilindros.
Para la transmisión existe una caja manual de 6 velocidades y una automática de 8, combinables ambas con todos los motores.
El interior se renueva con vistas a la integración tecnológica, ubicando en el centro del salpicadero la pantalla del sistema multimedia y colocando otra entre los dos indicadores tradicionales de velocidad y revoluciones del cuadro. Modernidad que se ha cobrado una víctima importante que más de uno echará en falta, el freno de mano, que ahora es eléctrico.
La nota de color la pone el sistema de iluminación ambiental LED con hasta 24 tonalidades, que incluye la peculiaridad de poder ir cambiando de color por si solo mientras el coche permanece aparcado, ideal para dar el cante en las concentraciones.
Al igual que Ford, Chevrolet traerá su muscle hasta Europa para ir abriendo un mercado todavía difícil para estos coches, pero que con el tiempo podría ser muy interesante.