A veces las cosas del marketing logran que ideas inimaginables se hagan realidad. Pocos habrían concebido un Bentley Continental GT con sabor racing, pero la necesidad de sacar partido al papel de la marca en competición, dio lugar al inusual Continental GT3-R .
Chris Harris se ha puesto a sus mandos para ver cómo se movían sus 2.195 kg de peso en un tramo de curvas y, como siempre, no ha tardado en llevarlo de lado. No se puede decir que sea un verdadero coche de track day, pero se puede jugar con él, y sigue siendo un Gran Turismo magnífico.