El último Viper no ha tenido la aceptación que sus creadores esperaban y ha perdido claramente la batalla frente al Corvette. Su estética continuista, su alto precio y su falta de innovaciones tecnológicas, habrán tenido seguramente parte de la culpa, pero todo eso pasa a un segundo plano cuando hablamos de su nueva versión ACR.
Los Viper de American Club Racer tienen un objetivo claro, romper los cronos en circuito. De ahí el impresionante aspecto que transforma al muscle car en una máquina de carreras, sobre todo si se instala el paquete Extreme Aero. Todo es totalmente funcional y regulable, y la mejor prueba de su eficacia está en la carga aerodinámica de casi una tonelada (la máxima lograda por un coche de calle) que consigue a la velocidad punta de 285 km/h.
La parte ciclo también se ha preparado para tales menesteres, con una suspensión Bilstein ajustable que puede variar su altura hasta en 8 cm. Ella, el reparto de pesos perfecto del 50:50 y los neumáticos semi-slick desarrollados específicamente por Kumho, posibilitan fuerzas laterales de hasta 1,5 G.
Tras sus llantas de 19 pulgadas se vislumbra un equipo de frenos cerámicos de primer nivel firmado por Brembo, con discos de 390 y 360 mm delante y detrás, mordidos por pinzas de 6 y 4 pistones respectivamente.
Los 645 CV y 812 Nm que ya se extraían del V10 atmosférico de 8.4 litros parecen suficientes para esta versión. Lo mismo que el cambio manual de 6 velocidades.
Si el anterior Viper ACR ya consiguió ser dos veces el coche de calle más rápido en Nürburgring, la última con un tiempo de 7 minutos y 12 segundos, habrá que ver de lo que es capaz este.