El nuevo Corvette Stingray está trayendo muchas alegrías a General Motors, con algún quebradero de cabeza incluido, pero que al fin y al cabo es motivo de alegría. Porque no dar abasto con la demanda es para alegrarse.
La nueva generación del deportivo americano solo lleva unos pocos meses a la venta en el mercado local, y precisamente por eso su demanda actualmente está siendo muy alta. A diferencia del caso de Land Rover, que no podía aumentar la demanda para satisfacer los pedidos de sus exitosos Range Rover, GM si podría incorporar un nuevo turno de fabricación, pero no quiere.
La razón es tan sencilla como que a la larga no les compensaría. El ritmo de fabricación actual permite sacar de las cadenas de montaje 160 Corvette al día, insuficientes para satisfacer los pedidos. Con un nuevo turno podrían solucionarlo, pero en GM saben que con cada nuevo Corvette los pedidos se disparan al inicio para ir reduciéndose paulatinamente, así que prefieren esperar a que la situación se normalice.
Si vas ahora mismo a encargar un Corvette la espera va a rondar los 6 meses, eso por supuesto siendo norteamericano, pues a Europa todavía no es seguro cuando llegarán con el desbordamiento que hay.
Después de hablar el otro día sobre la situación de las ventas del último SRT Viper, es imposible no mencionarlo al ver cómo le va a su rival. Mientras que en el caso del Viper han tenido que reducir la demanda por sus escasas ventas, el Corvette como vemos está disparado.
Realmente no son rivales directos pues el Viper prácticamente lo dobla en precio y solo se crean 6 al día por los 160 del otro. Pero adaptado cada uno a su mercado, hay que quedarse con que la apuesta por la modernidad del Corvette ha triunfado frente al clasicismo que ha mantenido su rival.
