El mercado de coches de segunda mano es uno que siempre ha resultado interesante, tanto por la posibilidad de encontrar vehículos a un precio menor que el que se puede ver en los concesionarios habituales (a costa de ser un coche menos avanzado y de las garantías que ofrece un concesionario, hay que decirlo) y la cantidad de coches que uno puede llegar a ver, algunos raros o incluso clásicos. Siempre es buena idea echar un vistazo de cuando en cuando a algunas webs que ofrezcan la posibilidad de comprar estos tipos de coches.
Existen varios motivos por los cuales uno querría comprar un coche de segunda mano: la principal es que por un módico precio se pueden encontrar ofertas muy buenas, siempre y cuando el coche esté en buenas condiciones o que los arreglos que necesite no sean demasiado costosos. Por unas cantidades de dinero reducidas se pueden llegar a tener coches míticos o exóticos, aunque en algunos casos hay que tener cuidado en lo que se refiere a piezas de repuesto.
Por otro lado, hay que recordar que existe la opción en nuestro país (según la normativa actual) de convertir nuestro coche en clásico una vez pasan los 25 años de la matriculación original del coche. Aunque es necesario un proceso de papeleo previo, los coches clásicos tienen la ventaja de pagar una menor cantidad anual en el seguro, además de estar exentos de pagar el sello de circulación.
Otro motivo es la nostalgia por un coche concreto, los deseos de tener un modelo en particular que despierte sensaciones en el conductor como no lo haría otro coche, antiguo o actual. Es por eso que algunas familias mantienen un mismo coche durante décadas, manteniéndolo de manera que no pase el tiempo por ellos, aunque sea un coche con veinte o treinta años de antigüedad. Porque para muchas personas, los coches han sido y siguen siendo una verdadera pasión por la que merece la pena mantenerlo en perfecto estado.
