A falta de comunicados oficiales desde Bugatti, más allá de los referentes a las incesantes ediciones especiales del Veyron, buenos son los rumores publicados por algunos medios como AutoGuide salidos supuestamente desde la propia casa francesa. Y estos, una vez más, hacen referencia al sucesor del Veyron.
Pese a haber estado colocado en la cúspide de la automoción durante casi una década, habiendo conseguido logros casi imposibles para el resto, el Veyron nunca se ha vendido del todo bien. A base de continuas ediciones especiales se está terminando de dar salida a las últimas unidades (quedan unas 20) y eso que todas se venden a pérdida (para amortizar su desarrollo, cada Veyron tendría que valer unos 7 millones de euros).
Pero esto parece no haber desanimado al Grupo VW y el hypercar por excelencia tendrá un sustituto. La información oficial sobre este es nula, pero si damos por buenos los últimos rumores, podemos ir diciendo que el próximo Veyron será híbrido. Algo que no es de extrañar a la vista de sus últimos rivales: P1, LaFerrari y 918 Spyder. Todos híbridos.
Lo que ya no sabemos es que tipo de hibridación seguirá, sabiendo que se mantendrán el motor W16 de 8.0 litros con 4 turbocompresores y la tracción total. Podría montarse un motor eléctrico independiente para alguno de los ejes, como en el Porsche 918 Spyder. O hibridar el motor térmico con un eléctrico colocado en la transmisión, como en el Ferrari LaFerrari. O bien recurrir a nuevos sistemas, como la instalación de compresores eléctricos, visto en el Audi RS 5 TDI Concept.
En cualquier caso, el nuevo Veyron deberá superar los 1.200 CV de potencia que ya alcanza el actual y a ser posible, reducir su peso y sus emisiones. El aumento de potencia no será difícil gracias a la mencionada hibridación, pero reducir el peso de un coche que no era precisamente un peso pluma, sumando además el lastre del sistema eléctrico, será todo un reto.
Se dice que este nuevo rey del asfalto podría estar listo para 2015, algo que se antoja demasiado cercano por la lenta liquidación del Veyron y la ausencia de prototipos circulando por lugares de paso obligados como Nürburgring.