Hace 20 años McLaren logró la victoria en las 24 Horas de Le Mans con su ya mítico F1 GTR, un acontecimiento que hoy bien se merece el homenaje que McLaren Special Operations (MSO) le brinda con su nuevo 650S Le Mans.
El encargado de darle forma ha sido Peter Stevens, el mismo diseñador que en su día creó el F1. Una garantía de éxito que sin duda se ha plasmado sobre el 650S Le Mans, que con una elegancia innata, recuerda a su antecesor sin perder en ningún momento la compostura.
Para conseguirlo se ha trabajado en los pequeños detalles, como las branquias colocadas sobre las aletas delanteras, la toma de aire del techo y las llantas muy de la época pero que encajan perfectamente sobre el 650S, en 19 pulgadas delante y 20 pulgadas detrás. El color exclusivo de esta versión, un gris casi negro llamado Sarthe, con los detalles naranjas de las pinzas de freno y el logo, le ponen el broche.
En el interior se ha seguido la misma temática sobria y tecnicista, con el negro de la fibra de carbono y la alcántara dominando prácticamente todo el habitáculo, roto solo por el naranja de la parte central de sus asientos.
En lo que respecta al coche en sí, no hay cambios. El motor V8 biturbo de 3.8 litros se mantiene tal cual con sus 650 CV y 678 Nm para, enviados a las ruedas traseras a través de una caja de doble embrague con 7 velocidades, llevar al 650S hasta los 333 km/h acelerando de 0 a 100 km/h en 3 segundos.
Me atrevo a decir que estamos ante el McLaren 650S más sugerente creado hasta el momento, y los de Woking van a hacer caja creando 50 unidades de esta edición especial, que para conservar el espíritu y la toma del techo, se hará únicamente en formato Coupe.