Al principio parecía una broma, un Toyota iQ reconvertido en Aston Martin con un par de retoques y un precio desorbitado, pero no tenía nada de broma. La firma británica se lanzó al agua con este alocado invento y la cosa ha terminado como pintaba, de forma prematura.
Según cuentan en The Supercar Kids, la producción del Cygnet se ha detenido tan solo 2 años después de que el coche se pusiera a la venta. Al parecer los concesionarios cuentan con un stock suficiente para que el modelo siga a la venta durante unos meses. Lo que no sabemos es si la producción se reanudará una vez se coloquen esas unidades, pero todo apunta a que no.
La estrategia para bajar el nivel medio de emisiones de la marca colocando un pequeño Toyota iQ en su catálogo parece no haberle salido bien a Aston Martin, y es que los pequeñísimos cambios que introdujeron en su Cygnet respecto al original (parrilla, pilotos, llantas y mejores calidades interiores), no justificaban ni con mucho la multiplicación de su precio por tres.
[Vía: WCF]