Como nos temíamos, Subaru nos la ha vuelto a jugar. Ya lo hizo con el WRX y acaba de repetir la jugada con el Legacy. Tras presentar un concept con mucha garra, el modelo de producción llega ahora con un aspecto muy convencional en el que ni siquiera se han respetado los guiños innovadores del concept.
El techo ha perdido por completo su caída que le daba ese aspecto de cupé, los pasos de rueda ya no abultan sus aletas, los paragolpes tampoco tienen sus aberturas verticales y los grupos ópticos han cambiado por completo y carecen absolutamente de personalidad. En resumen, no queda ni rastro del concept.
Con sus ojos puestos especialmente en América del Norte y Japón, el Legacy puede abrirse camino con sus 4,80 metros de largo como coche de diario. Sus motores gasolina de 4 y 6 cilindros tipo bóxer, de 2.5 y 3.6 litros de cilindrada y con 175 y 256 CV respectivamente, confirman esa orientación. De momento no se habla de motorizaciones diesel.
Los Legacy seguirán contando con un sistema de tracción total asociado únicamente a una caja de cambios automática Lineatronic de variador continuo. Dentro del sistema VDC (Vehicle Dynamics Control) se encuentra el ATV (Active Torque Vectoring), que puede frenar las ruedas del interior de la curva para facilitar las trazadas.
Entre el equipamiento nos encontramos con un detector de objetos en el ángulo muerto, otro que nos avisa ante posibles colisiones al ir marcha atrás y uno más que incluso puede frenar el coche si hay riesgo de colisión frontal. Por supuesto dispondrá también de sistemas ya habituales como el navegador, el sistema de entrada y arranque sin llave, el control de crucero adaptativo, los asientos eléctricos y calefactables, etc.
Su comercialización comenzará este verano en Estados Unidos, su mercado principal. En Europa y más concretamente en España no sabemos todavía cuando llegará, si es que lo hace.