La empresa de automóviles eléctricos Tesla está decidida a hacerse un hueco en el mercado desde ya con sus coches, sin necesidad de recurrir a motores de combustión ni tan siquiera como ayuda. Tras el Roadster ha venido la berlina Model S y para completar la gama, Elon Musk acaba de presentar en California la última apuesta de su compañía, el Model X.
Este coche ha tomado el diseño de la berlina y lo ha hecho crecer a lo alto, dando como resultado un verdadero crossover. Su aspecto no es tan cautivador como en el Model S, pero resulta bastante futurista y la suavidad de sus líneas le descarga de la pesadez de otros SUV o monovolumen.
Aunque si hay algo que destacar en el diseño del coche, son sus puertas traseras. Estas tienen un sistema de apertura tipo ‘alas de gaviota’, pero con una bisagra en el medio que les permite plegarse para poder abrirse en espacios pequeños. Una solución muy vistosa y a la vez práctica, que permite un buen acceso a la tercera fila de asientos.
Otra de las cosas importantes del coche son por supuesto su sistema de baterías. Para alimentar de energía al Model X se emplearán los mismos paquetes de baterías que en el Model S, con potencias de 40, 60 y 85 kWh. Debido al mayor peso y gasto energético del Model X, la autonomía se verá reducida en torno a un 10%, por lo que dependiendo de la versión su rango de alcance rondará entre los 230 Km y los 435 Km.
Con unos precios en EEUU de entre 45.000 y 90.000 $ (unos 34.000 y 67.000 €), y con unas prestaciones que dejarían el 0 a 100 Km/h en 4,5 segundos, el Model X puede conseguir llegar a las 15.000 unidades colocadas en 2013, que es su objetivo de ventas en el año de su lanzamiento. Porque si el coche eléctrico quiere acabar imponiéndose, tiene que ofrecer algo más que meros utilitarios a 30.000 € como ha sucedido hasta ahora.
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